Mientras las encuestas calculan en 82% el porcentaje de los colombianos, en las principales ciudades del país, que desaprueban la gestión del presidente Juan Manuel Santos respecto al campo, nos adelantamos a asegurar, luego de una jornada de paros intensa en municipios que dependen del agro -los cuales no fueron encuestados-, que este porcentaje es mucho mayor.
La refundación del agro. El jueves último, el Gobierno lanzó el que denominó “El pacto nacional por el agro y el desarrollo rural”. Aseguró que este implicaría la refundación del agro en Colombia. Los representantes de los campesinos no asistieron a tan cacareado evento
La renuncia de Jennifer. Mientras tanto, la subdirectora de Tierras del Incoder, Jennifer Mujica, renunciaba a su cargo, aduciendo el cambio de políticas del poder Ejecutivo, luego de que esta entidad denunciara la acumulación indebida de baldíos de la nación en manos de empresarios regados por diferentes lugares de la geografía nacional, poniendo en aprietos los más importantes proyectos agrícolas.
¿Cuál competitividad? Mientras el presidente Santos aseguró “que sus políticas le traerían competitividad al campo colombiano”, los campesinos de azadón, hacha y machete dicen públicamente que no comen ese cuento, según expresó Alejandro Ramírez Londoño, periodista de La Hora de la Verdad.
¿Cuál valor agregado? Si de mejorar la competitividad del campo se tratara, bastaría una política centrada en darle valor agregado a la producción agropecuaria colombiana. Eso es precisamente lo que no logran vislumbrar en el horizonte nuestros hombres del agro que no asistieron a la inauguración del aludido pacto.
¿Por qué no traerá competitividad? Mientras se privilegia una política agropecuaria “por decreto”, como si el atraso del campo se debiera al establecimiento “de unos cuantos decretos”, los campesinos de Colombia sufren los estragos de haber sido relegados en la infraestructura vial del país. Santos menosprecia los anteriores gobiernos, anunciando que el campo ha estado relegado por décadas del desarrollo nacional.
Propuestas diferentes. “Cada gobierno de turno trae propuestas diferentes para el campo y como resultado no se consigue una continuidad en las políticas para desarrollar el mismo, menospreciando el hecho de que cualquier cultivo próspero sólo recibe beneficios después de largos años de persistencia y continuidad”, aseguró Ramírez.
Freno agrario. El Gobierno actual procura que esta inestabilidad se acentúe cuando, en vez de traer una política nueva para el agro, decide frenar las que venían del gobierno anterior, proponiendo la devolución de tierras a los desplazados de las suyas por el conflicto armado; dejando a un lado las saludables ejecutorias llevadas a cabo por el Ministerio de Agricultura, cuando lo dirigió Carlos Gustavo Cano, dándole un importante valor agregado al sector agropecuario, a través de las Sociedades Agropecuarias de Transformación (SAT) o con el programa que intentaba multiplicar distritos de riego, como base fundamental para la competitividad de la oferta agrícola.