La comunidad palestina cristiana de las inmediaciones de Belén (Cisjordania) mandó una carta abierta al papa Francisco de protesta contra una decisión israelí de levantar un muro de seguridad que separará Belén de Jerusalén en provecho de colonias.
"Pesa la amenaza de ver confiscados la mayor parte de nuestras tierras por el ocupante militar israelí, que ya ha empezado a construir 'el famoso muro' que anexiona la tierra palestina cristiana", escriben los representantes de la ciudad de Beit Jala, cerca de Belén, en una carta al Papa obtenida por la AFP.
Los firmantes acusan a las autoridades israelíes de querer "separar Belén y las regiones vecinas, de Jerusalén y nuestro lugares santos".
"Santidad, vuestra elección nos ha aportado la esperanza de que cambien las cosas. Mantenemos esa esperanza", prosigue la misiva enviada cuando el Papa se dispone a recibir esta semana al presidente israelí, Shimon Peres, "uno de los principales autores de la política israelí e colonización en Palestina ocupada", según el texto.
La justicia israelí se pronunció la semana pasada a favor de la construcción del muro de separación en el valle palestino de Cremisan, cerca de Belén. Una comisión especial de apelación, que estatuye sobre las confiscaciones de tierras, rechazó los recursos presentados por los dueños de tierras de Cremisan y por la Sociedad de San Yves, asociación católica de defensa de los derechos que representaba a las religiosas de un convento salesiano afectadas por el trazado del muro.
Desde hace más de un siglo, los palestinos cristianos de Beit Jala, cerca de Belén, en Cisjordania ocupada, cultivan las laderas de Cremisan, célebres por su viñedo -produce el vino de misa de Tierra Santa- y su comunidad monástica salesiana.
Pero la construcción de la barrera israelí, que los palestinos han bautizado "muro del apartheid", va a separar Belén, Beit Jala y las localidades vecinas del valle de Cremisan, que va quedar del lado israelí del muro.
Los palestinos de la región están convencidos de que el trazado del muro persigue expoliarles sus tierras. Acusan a Iarael de haber programado la anexión de las zonas limítrofes de Belén con el fin de separarla de Jerusalén, distante solo 5 km.
La denuncia de los agricultores de Cremisan, un valle pintoresco de 170 hectáreas, remonta a 2006. Los denunciantes tienen la intención de dirigirse al Tribunal Supremo de Israel.
En un comunicado publicado este lunes, la Asamblea de Obispos Católicos de Tierra Santa (AOCTS) denunció una "decisión injusta (...) que nos coloca ante un hecho consumado".
"El hecho consumado no podrá ser fuente de un derecho nuevo", subrayan los obispos, y "recuerdan a los responsables israelíes que la expropiación de tierras no favorece la causa de la paz ni refuerza la posición de los moderados".
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró ilegal la barrera en 2004 y exigió su desmantelamiento, al igual que la Asamblea General de la ONU.
Israel justifica su construcción por motivos de seguridad./AFP