El presidente palestino Mahmud Abas propondrá en la Asamblea General de la ONU una resolución para convertir a Palestina en un estado observador de la organización, una victoria diplomática que sin embargo podría acarrear represalias de Israel y Estados Unidos.
El proyecto de resolución, que tiene asegurada la aprobación por mayoría simple que requiere la ONU, pide a la Asamblea General que otorgue a Palestina el estatuto de "estado observador no miembro" dentro de la organización.
El texto también expresa "la esperanza de que el Consejo de Seguridad considerará de manera favorable" su candidatura, presentada en septiembre de 2011 por Abas, para que Palestina sea miembro de pleno derecho.
El proyecto de resolución también pide retomar las negociaciones para alcanzar una "solución pacífica" y establecer un estado palestino "viviendo en paz y en seguridad al lado de Israel sobre la base de las fronteras de antes de 1967".
"Vamos a la ONU con total confianza en nuestra acción", dijo Abas el domingo en Ramala (Cisjordania) ante los miles de personas que vinieron a apoyar la iniciativa.
En la tribuna de la Asamblea General, en septiembre, Abas afirmó que quería "salvar la oportunidad de alcanzar una paz justa".
"Cuando Palestina obtenga el estatuto de estado no miembro, ningún israelí podrá decir que los territorios palestinos están disputados", dijo el negociador palestino Saeb Erakat. "Palestina se convertirá en un país ocupado", aseguró.
El estatuto de estado observador permitirá a Palestina formar parte de muchas organizaciones y tratados internacionales como la Corte Penal Internacional (CPI) o la Cuarta Convención de Ginebra sobre la protección de derechos civiles.
Presiones de Estados Unidos e Israel
El departamento de estado norteamericano, que votará contra la resolución, indicó el lunes que si se aprueba "no habrá una respuesta favorable" del Congreso para otorgar los 200 millones de dólares de ayuda prometidos a Palestina.
Israel también amenazó con represalias como bloquear los impuestos que el país recauda en nombre de la Autoridad Palestina, reducir el número de permisos de trabajo par los palestinos o incluso derogar los acuerdos de paz de Oslo de 1993.
Un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Ilana Stein, dijo sin embargo el martes a la AFP que la reacción dependería en buena medida de cómo se utilice el nuevo estatuto.
"Si los palestinos utilizan esta resolución como un instrumento de enfrentamiento, actuaremos en consecuencia (...) Pero si no es el caso no tomaremos medidas severas", aseguró la portavoz.
El gobierno palestino indicó el martes en un comunicado su "rechazo categórico a las amenazas israelíes y a la política de chantaje contra la Autoridad" e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que "asuma sus responsabilidades legales y morales y rechace e impida la ejecución de las amenazas de Israel".
Sin embargo, según el negociador palestino Mohamad Chtayyeh, las represalias palestinas sólo son "amenazas en el aire porque a Israel le interesa mantener la Autoridad palestina tal como está".
Por su parte la Liga Árabe prometió aportar a Palestina 100 millones de dólares (79 millones de euros) mensuales en caso de que Israel y Estados Unidos apliquen sanciones financieras, dijo el negociador
Francia confirmó el martes que votará a favor del estatuto de observador mientras que Gran Bretaña, también miembro del permanente del Consejo de Seguridad, todavía no se pronunció, igual que España.
La fecha del 29 de noviembre es muy simbólica para los palestinos porque es el aniversario de la adopción en 1947 en la ONU del plan de división de Palestina que preveía entonces la creación de un estado judío y de un estado árabe.