La alta preferencia que tienen los colombianos por el uso de efectivo ha prendido las alarmas del sector en el país. Según cifras del Banco de la República, un 90% de los colombianos prefiere el efectivo a cualquiera de los medios de pago electrónico existentes, lo que implica costos económicos y sociales de alto impacto para el país, entre ellos, la evasión y la elusión tributaria, el fomento a la informalidad, y un PIB que ve restringido su crecimiento.
El estudio ‘Colombia: ¿todavía pensando en efectivo?’ busca convertirse en una herramienta para entender las diferentes percepciones que existen hoy en día tanto en comercios como en personas, sobre el uso de medios de pago electrónico, así como las principales barreras a las que se enfrenta la industria y en las que debe trabajar para lograr una masificación de los MPE.
El estudio, realizado con apoyo de la firma de investigación Cifras & Conceptos, encontró diversas percepciones acerca de los costos financieros, el régimen tributario, la educación e información y el ecosistema financiero.
En éste se demuestra, por ejemplo, que una de las barreras determinantes para que los establecimientos de comercio en Colombia prefieran hoy en día el dinero en efectivo es la relacionada con los costos financieros a los que se someten desde el momento de creación o constitución de su empresa.
En busca de fortalecer esta política de ir retirando el efectivo de la cotidianidad de los colombianos el senador del Partido de La U, Andrés García Zuccardi, presentó a consideración del Congreso un proyecto de ley que busca reducir el uso del efectivo en el país y promover el uso de los medios electrónicos en el territorio nacional.
Según García con la eliminación del efectivo, que según el proyecto de ley, de ser aprobado, se debería dar en 2030, se busca llevar a todos los colombianos a la economía digital y luchar contra la corrupción y otros males de la sociedad.
Para el dirigente, las transacciones en efectivo tienen un grave problema que no permiten hacer trazabilidad de las mismas por lo que se desconoce en muchas ocasiones el origen de los recursos.
Baja bancarización
Uno de los graves problemas que tiene un proceso de eliminación del efectivo en países como Colombia es la baja bancarización de sus habitantes.
A junio de este año la bancarización en el país estaba en niveles del 77,3%, dos puntos encima de los indicadores de 20916 y muy lejos de la meta que tiene el Gobierno del 84% en 2018.
Por lo anterior, explicó García, que hay que acelerar ese proceso, pero más que la bancarización lo que hay que hacer en Colombia es llevar a cabo una campaña de educación financiera, que ilustre a las personas sobre las ventajas de utilizar los medios electrónicos para la realización de sus transacciones comerciales o de negocios.
Un documento de la Superintendencia Financiera de Colombia muestra que con respecto a la edad de los nuevos usuarios en ciudades, 48,8% pertenecían al rango entre 18 y 25 años, seguidos por los de 26 a 40 años con 27,6% y los mayores de 41 años con 23,6%.
Aunque en el análisis de tenencia de productos financieros se hace referencia esencialmente a población adulta, en el Reporte se destaca que a diciembre de 2015 había 609.226 menores de edad con algún producto financiero, lo que evidencia la promoción del uso de productos financieros también entre los más pequeños.
El documento también resalta que el número de empresas con productos financieros creció en el último año. Al finalizar 2015, 726.775 empresas tenían algún producto en establecimientos de crédito y 546.477 empresas contaban con productos financieros activos o vigentes. En 2014 estos valores eran de 680.167 y 505.731, respectivamente.
Transparencia
Para el senador García, autor del proyecto de ley uno de los puntos fundamentales que tiene la iniciativa es la transparencia en los procesos comerciales y financieros a través del uso de los medios electrónicos de pago.
La iniciativa tiene dentro de sus propósitos combatir una problemática que se ha presentado históricamente en el país como es la Economía Subterránea, aquella asociada con actividades al margen del código legal de un país, es de particular relevancia en Colombia debido al alcance que tiene la economía del narcotráfico y la economía informal evasora de la legislación fiscal y laboral, que si bien ingresan en algún punto a la economía nacional no se tiene ningún registro real de su procedencia o de su destinación final.
Según la Superintendencia Financiera de Colombia en el país hay $88 billones de dinero circulante, de los cuales $42 billones se mueven en efectivo, sin embargo los ciudadanos no son del todo ajenos al uso de medios electrónicos para las transacciones cotidianas, ya que en el Informe de Operaciones del segundo semestre de 2016 se reflejó que, durante 2016 el sistema financiero colombiano realizó 4.926.140.444 operaciones.
Ejemplos de pago electrónico
El senador García sostuvo que en Colombia muchas personas, sin importar el estrato social no son ajenas al uso de medios electrónicos de pago y puso como ejemplo el transporte público en varias ciudades del país, donde se paga a través de una tarjeta cargada con anterioridad.
Expuso como en Bogotá en el Sistema Integrado de Transporte, SITP, aproximadamente se realizan un millón de viajes diarios en promedio a $2.000. Por lo que un día de transporte tiene un valor de: $2.000 millones.
Medellín: El Metro de Medellín registró 1’565.000 pasajeros promedio en un día típico laboral durante el 2016. Considerando que la tarifa del pasaje es en promedio de $2,500. Es decir que un día de transporte en Metro en jornada laboral normal es de: $3,920 millones.
Cartagena: El Sistema Integrado de Transporte Masivo, SITM, de Cartagena diariamente transporta cerca de 100 mil personas y el valor del pasaje es de $2.00, teniendo en cuenta que solo el 13% de la población se moviliza en las rutas que hasta el momento tiene el sistema. Por tanto, en un día laboral, se recauda: $200 millones.
Cali: El Sistema Integrado de Transporte MetroCali tiene 450 mil pasajeros diarios a un valor de $1.900 costando un día hábil en promedio $855 millones.