Prometiéndole una oportunidad de trabajo, Alexander Carretero Díaz, quien actuaba como reclutador de jóvenes víctimas de falsos positivos, relató cómo se llevó desde Soacha hasta Ocaña, Norte de Santander, al joven Farid Leonardo Porras Bernal, ante el juzgado segundo especializado de Cundinamarca.
Carretero afirmó que no sabía porque los jóvenes eran trasladados a este municipio y que desconocía si altos mandos estaban al tanto de la situación.
No obstante, el reclutador señaló al sargento Dairo José Palomino Ballesteros, quien trabajaba en el Batallón Santander, como pieza clave de la estructura criminal que entregó varias de las víctimas a esa unidad militar y a la Brigada Móvil 15.
“Dairo me dijo que podían ser indigentes pero jóvenes, ese muchacho no hacía nada, se la pasaba por ahí parado”, señaló.
Carretero describió al joven de 26 años como alguien enfermo, que no miraba de manera normal, hablaba muy poco y que se notaba nervioso durante el trayecto.
Así mismo, señaló que se lo entregó al sargento Palomino a quien nunca vio uniformado y quien a su vez dejó al joven en un retén militar.
“A mí me pagaban un millón de pesos por cada muchacho, más los gastos de transporte y alimentación”, indicó.
Finalmente, el reclutador señaló que también había ejercido este trabajo en los departamentos de Cesar y del Santander.