Está cumpliendo su primer centenario el Banco Caja Social, BCS. Increíblemente, han sido escasas las referencias al fundador, sacerdote jesuita Campoamor, nacido en España. Obra suya también es el Barrio Primero de Mayo, al sur de la Plaza de Bolívar, en Bogotá, anunciado para familias de ingresos moderados. El banco cuenta con 4.500.000 clientes, de los que 700.000 son microempresarios. A semejanza de las instituciones parecidas, maneja dos servicios especiales: las tarjetas débito y las tarjetas crédito. Más ofrece atención prioritaria a medianos y pequeños empresarios.
Por la seguridad. Abismado por los miles de quejas sobre exceso de peligros para los ciudadanos y los bienes, Enrique Peñalosa, candidato a la Alcaldía de Bogotá, promete establecer una Secretaría de Seguridad. Las funciones en el área han sido atendidas, durante los últimos 160 años, por la de Gobierno o del Interior. Sin embargo, no han faltado quienes le asignen preferentemente un papel político ante concejales, tendencias y movimientos partidistas.
Sesgo político. No pueden negar su oblicuidad política los que atribuyen “relaciones con paramilitares” a Luis Alfredo Ramos, gobernador de Antioquia, y a los dirigentes conservadores Manuel Ramiro Velásquez y Oscar Arboleda. Lo hacen sabedores de que una acusación en tal sentido mueve a la justicia, desde 2003, a imponer condenas, sin más ni menos. Cada uno de los tres, por formación familiar, educación y convicciones éticas, nunca osaría oscurecer la limpieza de sus seguidores. El encarcelamiento de un centenar de políticos, que enfrentaron calumnia similar, desvela el objetivo real de quienes sindican a Ramos, Velásquez y Arboleda.