Un pactopor la salida política negociada al conflicto armado fue anunciado ayer, además de los partidos políticos de la coalición de gobierno, por el Polo Democrático, el MIRA, la Alianza Verde, el Movimiento Alternativo Indígena y Social, la Alianza Social Indígena y Opción Ciudadana.
El presidente de la República, Juan Manuel Santos, al formalizar el hecho, sostuvo que allí están representadas “la izquierda, el centro y la derecha”.
Fue evidente la ausencia del Centro Democrático, partido liderado por el expresidente Álvaro Uribe y que en las últimas elecciones para la Casa de Nariño logró cerca de la mitad de los votos.
No se dio, pues, un acuerdo en el amplio sentido nacional, sino que se ahonda la división frente al tipo de paz que quiere Colombia.
“Acabamos de terminar una reunión con los representantes de los diferentes partidos y las comisiones primeras del Congreso para revisar la agenda legislativa, el proyecto de Ley de Orden Público y el Acto Legislativo para la Paz”, informó el Mandatario y agregó que “una de las conclusiones a las que llegamos es la decisión de crear el Pacto por la Paz”.
Más allá de las diferencias frente al manejo económico, social, internacional y de otra índole, y de si esos partidos están o no de acuerdo con las políticas y decisiones del Gobierno, Santos precisó que esas colectividades “han manifestado su apoyo a la paz”.
Indicó que en la reunión estuvieron partidos que forman parte de la coalición de gobierno, partidos independientes y otros que están en franca oposición, lo que consideró como respetable.
“Pero todos los presentes, sin excepción, apoyan la solución dialogada al conflicto armado”, agregó.
Sin precisiones
El presidente Santos dijo que las fuerzas políticas trabajarán juntas en la divulgación y pedagogía sobre el proceso de paz y sus acuerdos, así como en la adopción de las reformas legislativas -como la de la Ley de Orden Público, que se tramita ahora en el Congreso- necesarias para garantizar la paz.
“Juntos vamos a trabajar para garantizar el éxito del plebiscito en el que los colombianos decidirán si aprueban o no el acuerdo final que se logre en La Habana”, continuó el Mandatario.
La afirmación sorprendió ya que varios de los voceros y líderes de algunos de esos partidos han insistido en que sólo tomarán postura frente a si apoyan o no el plebiscito refrendatorio una vez se convenga el tema en la Mesa de La Habana y se cierren las negociaciones para obtener un acuerdo final de paz. Solo entonces, cuando evalúen el alcance de lo pactado, cada colectividad oficializará su decisión al respecto del plebiscito.
Entre los analistas la creación de este “Pacto por la paz” no sorprendió, ya que esas colectividades que se reunieron en la Casa de Nariño han venido votando todos y cada de los proyectos relacionados con el proceso de paz, algunos de los cuales se quedaron en el aire, como el “referendo por la paz”, y otros que todavía no se han discutido en la Mesa de La Habana, precisamente como el llamado “plebiscito por la paz”. De hecho las Farc han advertido que no están de acuerdo con esta figura para refrendar los eventuales acuerdos e insisten en que se cite a una asamblea nacional constituyente.
En este momento también está siendo tramitado en el Congreso el llamado “acto legislativo por la paz” que proponer crear una comisión especial legislativa para estudiar y aprobar las leyes y reformas constitucionales derivadas de un eventual acuerdo definitivo en La Habana. Las Farc también han reiterado que no están de acuerdo con este mecanismo, ya que no fue consensuado previamente en la Mesa.
De su parte, el proyecto de reforma a la Ley de Orden Público, mediante la cual se busca recuperar la facultad para crear zonas desmilitarizadas en donde se ubique a los guerrilleros –figura que el mismo Gobierno había prohibido en 2010- apenas empieza a ser debatido en las comisiones Primeras de Senado y Cámara.
Aunque el Gobierno insiste en que se le dé una autorización general para crear esas “zonas de concentración”, hay sectores del Congreso que consideran que deben condicionarse puntualmente su funcionamiento en el articulado, para garantizar así que la guerrilla no exceda las reglas del juego pactadas, como acaba de ocurrir en la “jornada pedagógica” por la paz que los cabecillas insurgentes realizaron en zona rural de Fonseca, en La Guajira.
A diferencia de anteriores actos partidistas por la paz, Santos en esta ocasión no invitó públicamente a Uribe a unirse. Lo único que atinó a decir es que el “Pacto por la Paz es de puertas abiertas”.