La gran incógnita es cuál de los dos candidatos que se disputan el centro y la centro-derecha da un paso al costado para tener chance de competirle a la aspirante del Polo
El panorama de la campaña electoral para la Alcaldía de Bogotá continúa como una especie de montaña rusa, pues en cuestión de semanas los porcentajes de favorabilidad y preferencias electorales suben y bajan de modo drástico.
Prueba de lo anterior es que hace un mes, las últimas encuestas sobre la campaña en Bogotá, mostraban al candidato liberal y de La U, Rafael Pardo, así como el recién lanzado Enrique Peñalosa, peleándose la punta de los sondeos con porcentajes por encima del 20 por ciento, en tanto que la aspirante del Polo, Clara López, se descolgaba a un tercer lugar, perdiendo terreno, en tanto que la carta del uribismo, Francisco Santos, caía al sótano con rubros por debajo del 10 por ciento.
Ayer se dio a conocer una nueva encuesta, esta vez la Polimétrica de la firma Datos y Conceptos, contratada por Caracol radio, según la cual López volvió a la punta, con 25% de preferencia, seguida de lejos por Pardo, con 14%, y Peñalosa con 13%, en tanto Santos recupera terreno y se les acerca con un 11%.
¿A qué se debe un cambio tan drástico en el panorama en tan pocas semanas? Varias son las respuestas que se podrían dar. Podría decirse, por ejemplo, que cada encuestadora tiene una metodología y universo distintos, por lo que los resultados son diferentes. Sin embargo, esa tesis se cae al revisar que las encuestas de un mes y más atrás, mostraban una tendencia de López al descenso, el fortalecimiento progresivo de Pardo, una entrada alta de Peñalosa y la descolgada lenta pero sostenida de Santos. No es, en perspectiva, la metodología de la encuesta la que marca el gran diferencial.
Nuevos hechos
En cambio sí hay hechos nuevos ocurridos entre las encuestas de finales de abril y comienzos de mayo y la revelada ayer. López, por ejemplo, no sólo ganó el congreso interno del Polo, aventajando por poco a su principal rival, Jorge Enrique Robledo, sino que logró salir del evento partidista con un liderazgo renovado, que se tradujo en que los sectores de las toldas amarillas que no la respaldaban, terminarán rodeándola disciplina y sinceramente. Esa circunstancia se hizo más evidente en el acto de su lanzamiento oficial como candidata, en donde el Polo se mostró como un partido monolítico y decidido a recuperar el Palacio Liévano. Y a ello debe sumarse -sería ingenuo negarlo- que la campaña de López para el congreso interno, le sirvió mucho para mover sus bases en Bogotá y entusiasmarlas de cara a los comicios de octubre.
De otro lado, aunque con menos viento de cola, Santos también fue oficializado como candidato del Centro Democrático, al igual que Pardo encabezó un gran evento partidista liberal.
Otro hecho sustancial en las últimas cinco semanas es que la candidatura de Peñalosa pasó de ser una mera expectativa a oficializarse al cien por ciento, entrando a disputar el mismo nicho de votos en el centro y la centro-derecha que tenía como único aspirante a Pardo. A ello se suma que el exalcalde ya no se pierde foro, debate y es protagonista del diario contrapunteo de opiniones entre los aspirantes.
No menos influyente en el panorama político ha sido el hecho de la mayor visibilidad mediática y, por ende ante la opinión pública, de las posiciones de los candidatos sobre las principales coyunturas citadinas, marcadas especialmente por temas clave como la concreción del aporte de la Nación al proyecto del Metro, las dudas sobre las fuentes de recursos para el mismo por parte del Distrito, la problemática de Transmilenio, el nuevo impulso al SITP, el agravamiento de la inseguridad, la negociación sindical en varias entidades estatales y otros asuntos relacionados con la accidentada administración.
Tampoco puede dejarse de lado que fue en el último mes que la Alianza Verde definió a su candidato único, Carlos Vicente de Roux, y que también fue en ese lapso que el petrismo -en el sótano de las encuestas- modificó su estrategia al dar un paso al costado Holman Morris (que ahora se postulará al Concejo) y dejar a María Mercedes Maldonado como posible aspirante, pese a marcar bajísimo en los sondeos, dando lugar a renovadas hipótesis sobre la posibilidad de que las toldas del exalcalde terminen apoyando a López o Pardo.
¿Y ahora?
Todos esos hechos terminaron influyendo en este nuevo escenario de la campaña que en modo alguno se puede considerar definitivo o de tendencia irreversible, puesto que aún faltan más de cuatro meses para los comicios y sólo después del 25 de julio se podrá hacer campaña abierta, con publicidad y plaza pública a bordo.
En segundo lugar, es claro que la definición de las cabezas de lista al Concejo de los partidos que acompañarán a cada candidato será una movida que podría apuntalar al aspirante o restarle puntos. Por el momento, sólo el Centro Democrático definió ese tema, escogiendo a Diego Molano.
La gran incógnita del actual escenario es que si siendo obvio que Pardo y Peñalosa se están quitando espacio político y electoral (sumados superan a López), cuál de ellos estaría dispuesto a dar el paso al costado para evitar que la izquierda siga en el poder en Bogotá. Ayer Peñalosa dijo que podría hacerlo en septiembre, sólo si ve que Pardo lo aventaja sustancialmente y se firma un pacto que garantice un cambio en la ciudad. Aunque el aspirante liberal y de la La U no respondió, fuentes cercanas a su campaña indicaron que su intención es ir hasta el final.
Santos, a su turno, si bien insistió en que lo importante no es ganar las encuestas sino en las urnas en octubre, relievó, eso sí, que recuperó terreno en los sondeos y ahora está de nuevo cerca a Pardo y Peñalosa. Es claro que considera que una vez el expresidente Uribe entre a empujar su campaña en la plaza pública, podría repuntar aún más.
López, a su turno, si bien se mostró satisfecha por volver al primer lugar de las encuestas, es claro que tiene como principal reto evidenciarle a sus rivales que el 25% no es su techo y que todavía, en campaña abierta y directa, tiene como seguir creciendo y erigirse como la candidata a vencer, incluso frente a una eventual coalición anti-izquierda, si Peñalosa o Pardo dan un paso al costado.
¿Qué pasará? Estando lejanas las urnas, habrá que esperar el resultado de la próxima encuesta.