A pesar de que en la Cámara no prosperó el proyecto que buscaba aplicar la pena de cárcel a los conductores sorprendidos en estado de ebriedad, esa posibilidad podría salvarse en el Senado.
Luego de que se hundiera en la plenaria de la Cámara de Representantes la iniciativa que pretendía cárcel para los conductores que fueran encontrados manejando bajo los efectos del alcohol, en el Senado surgió una posibilidad de rescatar de la oscuridad jurídica a dicha medida.
Se trata de un artículo incluido en la reforma a la Justicia, el cual permitiría detener por al menos 36 horas a los conductores alicorados.
El perfil del Código de Policía será elevado gracias a dicho acto legislativo, según lo afirmó el parlamentario liberal Luis Fernando Velasco, presidente de la comisión primera del Senado.
“Creemos que un conductor ebrio tiene que ir por lo menos a dormir la borrachera y el guayabo a una estación de Policía en un sitio en donde pueda reflexionar claramente en un calabozo por haber puesto en riesgo a la sociedad y a él mismo”, dijo Velasco.