Por segunda vez en lo corrido del año la Junta Directiva del Banco de la República determinó reducir en 50 puntos básicos la tasa de interés de referencia y la ubicó el 5,75%, en lo que fue entendido por los analistas como un plan de choque para evitar un mayor deterioro de la economía.
Con esta reducción se completan 100 puntos básicos de baja en el costo del dinero desde diciembre pasado.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que la decisión se basa en que los datos de inflación muestran tendencia a la baja, lo que a su juicio es una señal de fortaleza de la economía y sostuvo que afortunadamente hay margen para reducir el costo del dinero y reactivar de esta forma la economía.
Dijo que además la Superfinanciera redujo la tasa de usura y la bajó en 52 puntos básicos, lo que es muy importante para quienes tienen deudas en tarjetas de crédito y la ubicó en 32,97%.
Economía débil
El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, señaló que la Junta ponderó entre otros los siguientes factores en su decisión: “la creciente debilidad de la actividad económica y el riesgo de una desaceleración más allá de la compatible con el deterioro en la dinámica del ingreso originado por la caída en los precios del petróleo. Los indicadores recientes señalan un aumento significativo de los excesos de capacidad de la economía, aunque la incertidumbre sobre el tamaño de estos es elevada”.
Señaló que hay incertidumbre sobre la velocidad de la convergencia de la inflación a la meta del 3%. Los mecanismos de indexación y la persistencia de la inflación continúan reflejándose en el comportamiento de los indicadores de inflación básica.
Otras razones
Para la Junta del Emisor, en mayo la inflación anual se situó en 4,37% y el promedio de las medidas de inflación básica en 5,33%, cifras inferiores a las registradas un mes atrás. Las expectativas de inflación de los analistas para diciembre de 2017 y 2018 se sitúan en 4,37% y 3,54%, respectivamente. Aquellas derivadas de los papeles de deuda pública registraron cambios leves y para 2018 están ligeramente por encima del 3%.
Los efectos de los fuertes choques transitorios de oferta que desviaron la inflación de la meta se siguen diluyendo. Así lo indica, por ejemplo, la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor, IPC, de alimentos. Por su parte, el promedio de las medidas de inflación básica continuó descendiendo más lentamente como consecuencia de la indexación de precios y por el efecto del incremento transitorio en los impuestos indirectos.
La contribución del IPC de alimentos al descenso de la inflación anual puede revertirse durante el segundo semestre de este año. Por ello, las proyecciones indican que la inflación anual podría incrementarse en ese semestre.
En el último mes, los precios del petróleo descendieron y en lo corrido del año se sitúan por debajo de la proyección que tiene el equipo técnico del Banco para el 2017. La demanda externa sigue débil y se espera que su crecimiento sea algo mayor que el registrado en 2016. En este entorno, las primas de riesgo-país han subido y el peso se ha depreciado frente al dólar.
La información para el segundo trimestre de ventas al por menor, de confianza de los consumidores y de la encuesta mensual de expectativas económicas indica un crecimiento del consumo más débil que lo estimado.
El comportamiento de las importaciones de bienes de capital sugiere que el crecimiento de la inversión distinta a obras civiles y construcción sería bajo. Con esta información es probable que el crecimiento anual del producto esté por debajo de la proyección vigente.
Usura
La Superintendencia Financiera certificó ayer la tasa de usura en 32.97% efectivo anual para la modalidad de crédito de consumo y ordinario, resultado que representa una disminución de 53 puntos básicos con respecto al periodo anterior que era de 33,50%.