Martes, 8 de Noviembre de 2011
Reelecto presidente alista nuevo paquete social. Pero la gran duda de sus gobernados es ¿cuánto tiempo durará la ayuda de Caracas?
Con un poder mayor, al tener el control del Congreso, gobernará el sandinista Daniel Ortega otros cinco años pero seguirá dependiendo de la ayuda del presidente venezolano Hugo Chávez para colmar las expectativas de la inmensa población pobre que lo reeligió.
El líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ganó el domingo la reelección con un contundente 63% y dispondrá -según la proyección- de unas 60 sillas en la Asamblea Nacional, de 90 escaños, lo que le es suficiente incluso para reformar la Constitución.
Aunque cuestionado por una serie de anomalías en la votación, denunciadas por observadores internacionales y opositores, el triunfo de Ortega, coinciden críticos y seguidores, está determinado por sus planes sociales, en un país con 45% de sus 5,8 millones de habitantes en pobreza.
"El pueblo eligió seguir siendo presidente. Queremos seguir cambiando el país. Empieza una nueva etapa. Se están preparando miles de paquetes solidarios que Daniel entregará en los próximos días. El pueblo exige más programas sociales, más efectiva lucha contra la pobreza", anunció la esposa y portavoz de Ortega, Rosario Murillo.
Financiados por la extraordinaria cooperación de su aliado venezolano -500 millones de dólares al año-, sus programas "Plan Techo", "Hambre Cero" y "Usura Cero", incluyen desde créditos y títulos de propiedad hasta pasajes subsidiados de autobús, una vaca o un cerdo.
"La técnica fue buena, se dirigió con migajas a un punto clave: a los pobres que son la mayoría de este país", afirmó el sociólogo Cirilo Otero, quien se dice sandinista pero no "orteguista".
Nunca antes partido alguno logró una mayoría total en el parlamento -en 17 años de oposición el FSLN debió recurrir a alianzas-, ni un candidato de cualquier formación política obtuvo una votación tan alta desde que se celebran comicios tras el fin de la dictadura.
"El primer paso que va a dar es cambiar la Constitución y oficializar la reelección permanente, su sueño desde 2007, pero a la gente eso no le importa mucho", dijo Otero.
Ortega, quien ofreció ayer su discurso de la victoria , gobernó durante los años 80 tras la revolución sandinista que derrocó a la dictadura somocista, enfrentado a los empresarios y a Estados Unidos, que financió la guerra de los "contra" y aplicó un bloqueo económico.
Desde que regresó al poder en 2007, Ortega, próximo a los 66 años, catapultó su popularidad en el segundo país más pobre de América con una suerte de modelo que combina el populismo con un pragmatismo que le permite comerciar con Estados Unidos, tener cómodos a los empresarios y aplicar los ajustes de los organismos internacionales.
"Un populismo responsable", estimó el economista Arturo Cruz, quien urgió a la oposición, que no reconoció los resultados de los comicios, a demostrar las denuncias de fraude porque el país "no resiste" un clima de inestabilidad política que afectaría las inversiones.
El gobierno está presionado para ejecutar "programas extra presupuesto para paliar necesidades de la población, pero se necesitan oportunidades de empleo y oportunidades sostenibles", pues el subempleo es del 53% de la fuerza laboral, destacó a su vez el analista económico Mario Arana.
Al saludar el triunfo de Ortega, Chávez reiteró su "voluntad y compromiso" de seguir apoyándolo, pero observadores advierten que Nicaragua debe lograr por sí sola un desarrollo económico que permita reducir la pobreza, sin depender de Caracas, ante los riesgos de que el presidente venezolano, enfermo de cáncer, conozca un deterioro de su estado de salud o sea eventualmente derrotado en las elecciones de 2012./AFP