El Tribunal Supremo de Pakistán ordenó este martes la detención del primer ministro por un caso de corrupción, añadiendo tensión a un clima político agitado por la protesta de miles de personas que piden la disolución del Parlamento.
El Tribunal Supremo ordenó la detención del primer ministro Raja Ashraf como sospechoso de corrupción en un caso de contratos energéticos ilegales, anunció a la AFP un abogado gubernamental, Aamir Abas.
"El presidente del Tribunal Supremo ha ordenado el arresto de todas las personas acusadas en este asunto, sea cual sea su rango", declaró Abas.
El anuncio se produce en un periodo de gran tensión. Desde el lunes por la noche, la capital, Islamabad, es escenario de manifestaciones de miles de personas lideradas por un influyente jefe religioso que denuncia "la incompetencia" y la "corrupción" de las autoridades.
Cercano al presidente Asif Ali Zardari, Ashraf fue nombrado primer ministro el pasado junio en reemplazo de Yusuf Raza Gilani.
La Corte Suprema obligó a dimitir a Gilani por haberse negado a reabrir una vieja investigación por corrupción contra Zardari.
El frágil gobierno de Zardari concluirá esta primavera su mandato de cinco años, toda una novedad en un país donde los golpes de Estado han sido moneda corriente. Las elecciones generales se prevén antes de mitad de mayo.
Por su parte, el líder religioso paquistaní Tahir ul Qadri decretó este martes la continuación de la sentada de protesta masiva iniciada la víspera por miles de simpatizantes suyos en el centro de la capital, Islamabad, para denunciar "la incompetencia" y "la corrupción" de las autoridades y reclamar la disolución inmediata del gobierno.
"Me quedaré" y "quiero que os quedéis hasta mañana", declaró Qadri en el lugar a uno de sus simpatizantes. "Sí", le contestó la muchedumbre.
"Hablaré de nuevo con vosotros mañana. Tengo esperanza de que entonces no necesitemos quedarnos más", añadió Qadri, un paquistano-canadiense que regresó en diciembre de Toronto después de años en el exilio.
Qadri llegó por la noche al centro de la capital aclamado por sus simpatizantes y dio un ultimátum al gobierno para que disuelva rápidamente el Parlamento federal y las asambleas provinciales.
El ultimátum de Qadri, que advirtió que sus simpatizantes seguirán movilizados en la capital "hasta que se excluya a los dirigentes corruptos", expiró el martes.
A última hora de la mañana, un responsable de los servicios de seguridad locales cifraba en "unos 25.000" los manifestantes reunidos en la avenida que va al Parlamento.
Por la mañana se produjeron breves escaramuzas entre manifestantes y la policía cuando los primeros, que pasaron la noche en el lugar, avanzaban hacia el Parlamento, situado a unos cientos de metros de allí.
La policía efectuó disparos al aire y lanzó gases lacrimógenos cuando los manifestantes empezaron a desplazar los contenedores que les obstaculizaban el camino.
Qadri quiere que se designe inmediatamente un gobierno interino que lleve a cabo, con el acuerdo de las fuerzas armadas y el poder judicial, una serie de reformas, antes de que se realicen los comicios.
Algunos observadores consideran que sectores del establishment, en particular las fuerzas armadas, que han gobernado este país que cuenta con la bomba atómica durante décadas, podrían estar detrás de las demandas de Qadri, con el fin de retrasar las elecciones.
El ex jugador de cricket Imran Khan, uno de los principales opositores al gobierno del presidente paquistaní Asif Ali Zardari, instó este martes al jefe del Estado a dimitir "inmediatamente" y al gobierno a convocar elecciones generales "libres y transparentes".
Esta declaración, hecha en Lahore (este), ejerce una presión suplementaria sobre un gobierno debilitado por el anuncio de la orden de detención contra Ashraf y la continuación de la sentada antigubernamental en Islamabad.
AFP