Un juez de Colombia ordenó la restitución de 50.000 hectáreas del municipio de Bagadó a los indígenas Embera Katío, en vía de desaparición por el conflicto armado y la minería en sus territorios, informó este jueves la estatal Unidad de Restitución de Tierras (URT).
"Por orden del Tribunal Superior de Medellín, los indígenas Embera Katío, cuyo territorio ancestral se localiza en el municipio de Bagadó, podrán ver restituidos sus derechos, amenazados por efecto del conflicto armado interno (...) y por el interés en la riqueza mineral dentro del mismo", dijo la URT en un comunicado.
De acuerdo con el texto, en esa extensión de tierra habita una comunidad de unas 7.000 personas que el fallo reconoce como dueñas del territorio.
Durante años, centenares de indígenas Embera Katío engrosaron la cifra de los más de 5,3 millones de desplazados que ha dejado el conflicto armado interno de más de medio siglo, en el que han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, fuerzas militares y bandas narcotraficantes.
Con la sentencia, esas hectáreas ricas en oro quedarán en manos de la comunidad, agregó el documento.
"Ellos van a poder regresar a sus tierras. Ahora bien, si va a haber intervención minera, (...) habrá una consulta previa con la comunidad para que pueda participar de las decisiones que afectan a su territorio", dijo en el texto Ricardo Sabogal, director de la URT.
La entidad, encargada de apoyar a quienes deseen retornar a sus tierras arrebatadas, nació con la aprobación de la ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas.
Para comenzar el proceso, los desplazados deben pedir la revisión de los títulos de esos territorios. Los ocupantes actuales deben demostrar cómo los adquirieron y un juez de restitución finalmente decide quién se queda con ellos.
En algunas zonas del país, el regreso se dificulta por la vigencia del conflicto armado.
En el departamento del Chocó, al cual pertenece el municipio de Bagadó, aún hacen presencia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), principal guerrilla de Colombia, con unos 8.000 combatientes.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla con cerca de 2.500 integrantes, también tiene influencia allí, además de las llamadas "bandas criminales" o remanentes de milicias paramilitares que se desmovilizaron entre 2003 y 2006.
"Es un fallo sin precedentes porque estas comunidades han sido victimizadas durante muchos años y no tenían el mecanismo para proteger sus tierras", agregó Sabogal./AFP