Optimismo y pesimismo por proceso de paz no ceden | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Junio de 2013

Como era de esperarse, especialmente con la cercanía de las elecciones de 2014, el pulso verbal entre defensores y detractores del proceso de paz entre Gobierno y Farc en La Habana sigue como el primer día y sin ceder en sus posiciones.

La senadora Gloria Inés Ramírez, del Polo Democrático, defendió el proceso de paz y dijo que "hay que construir con esperanza que se pueda culminar el proceso y se den las condiciones para una paz estable y duradera para dejar atrás las atrocidades del conflicto armado que sigue dejando muchas víctimas a quienes hay que reparar, pedirles perdón y decirles la verdad".

Ramírez destacó que en las mesas regionales de paz coordinadas por el Congreso, se ha destacado por la nutrida participación de la población juvenil, de mujeres y de las comunidades Lgbti, quienes trabajaron en las 11 mesas temáticas y presentaron sus propuestas sobre víctimas y reparación que serán enviadas a la mesa negociadora en La Habana, Cuba, y para que sean conocidas por las partes, gracias también a la gestión que viene adelantando la relatoría de la ONU en este proceso que realizan las comisiones de paz de Senado y Cámara.

Entre tanto, el exministro Oscar Iván Zuluaga, hoy precandidato presidencial del Centro Democrático, aseguró que la guerrilla de las Farc está pidiendo cosas imposibles en el marco del proceso de paz que se adelanta con el Gobierno de Juan Manuel Santos.

“No le veo futuro”, dijo, agregando que “me parece que ese proceso nació muerto porque está mal planteado, un Estado legítimo no puede estar hablando de igual a igual con una organización que sigue cometiendo acciones criminales todos los días, que sigue reclutando menores, que sigue afectando a los productores del campo”.

Zuluaga manifestó que al revisar las últimas solicitudes presentadas en la mesa de negociación, es evidente que están demostrando cuáles eran sus verdaderas intenciones.

Las Farc, indicó, “quieren adueñarse del país, convocar una constituyente, tener elegibilidad plena y no pagar un solo día de cárcel, eso resulta inaceptable para los colombianos”, calificando el proceso de paz como “un salto al vacío”.