Acusándola de intentar remodelarla y presionar para que negocie con el régimen, la principal coalición de oposición siria en el exilio arremetió contra Estados Unidos.
A dos días del inicio de una reunión crucial de la oposición en Doha, el Consejo Nacional Sirio (CNS) reaccionó virulentamente a las declaraciones de la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, que pidió al movimiento que se amplíe para "resistir" a los extremistas islámicos.
El CNS condenó, en un comunicado, los proyectos que pretenden "pasar por encima del Consejo o crear instancias para reemplazarlo", tildándolos de intento de "minar la revolución siria plantando las semillas de la división".
Para Georges Sabra, miembro del Consejo, "si la unión de la oposición tiene como objetivo negociar con Bashar al Asad, no se hará y el pueblo no lo aceptará".
Mohammed Sermini, de la oficina de prensa del CNS, denunció la injerencia de Washington calificándola de "imperialismo". "Por muy amistosa y solidaria que sea la fachada, no tiene derecho a intervenir en nuestros asuntos. Siria debe tomar sus propias decisiones".
Clinton dijo el miércoles que el CNS no puede seguir siendo "considerado como el dirigente visible de la oposición" y abogó por que se convierta en "una parte de una oposición ampliada" incluyendo a "gente del interior de Siria y a otros".
¿Crimen de guerra?
Estados Unidos, que reclama también la salida de Asad, ha mostrado hasta ahora su impotencia para lograr una salida a la guerra debido a las profundas divisiones con los rusos, aliados del régimen Asad.
Rusia criticó también el llamamiento de Estados Unidos a la unidad de la oposición.
"Washington da claramente a entender que no ve otra solución a la crisis en Siria sino bajo sus condiciones", indicó un portavoz de la diplomacia rusa, Alexandre Lukachevitch, en un comunicado, quien añadió que al dar "órdenes directas a la oposición", "anima prácticamente a los opositores a seguir en su línea sin compromiso para derrocar al régimen de Damasco".
Washington cuenta con la reunión del domingo en Doha ampliada a cientos de opositores, bajo la tutela de la Liga Árabe, en la que podría anunciarse un gobierno en el exilio encabezado por la opositora Riad Seif, según informaciones no confirmadas.
El CNS también exhortó "al Ejército Sirio Libre (integrado por desertores y civiles que tomaron las armas) y a los movimientos que animan la revolución en el terreno a pedir cuentas a cualquiera que viole los derechos humanos", tras la difusión de vídeos que muestran a un grupo de insurgentes pegando a una decena de soldados heridos antes de ejecutarlos con armas autómaticas.
Después de que la ONU se refirieron a un posible "crimen de guerra", Radif Mustafá, encargado de los derechos humanos en el CNS, recalcó que, en su opinión, "los crímenes de los combatientes de la oposición (son) sin común medida con los del régimen".
"Si nos callamos (frente a esto), estas violaciones graves aumentarán", añadió, y recordó que los principios de la revolución eran "la libertad, la dignidad y el respecto de los derechos humanos"./AFP