El desespero de la ciudadanía por el aumento de los delitos de alto impacto, en especial hurtos y homicidios, ya está llegando a niveles muy preocupantes, sobre todo porque se están multiplicando las situaciones en que las personas que son víctimas de los criminales comienzan a sugerir que no queda otra alternativa que “armarse” o hacer justicia por mano propia.
Las redes sociales, cuyo nivel de penetración ha aumentado de forma superlativa, están llenas de contenidos anónimos, sobre todo en video, en donde se ve cómo los delincuentes que son neutralizados por sus víctimas o las comunidades terminan siendo sometidos en algunas ocasiones a graves agresiones e incluso linchamientos mortales.
Los audios en esos videos son muy alarmantes. Se escuchan términos como “paloterapia”, que es como ha dado en llamarse la acción en que las personas que presencian un crimen y logran detener al delincuente, proceden a golpearlo de forma por demás violenta. Es más, muchas de las imágenes dejan ver a los policías tratando de proteger al detenido, mientras que las muchedumbres les dicen que se los “suelten unos minuticos” para darles un escarmiento. De hecho, en no pocas ocasiones los potenciales agresores tratan de 'justificar' su comportamiento ilegal en que los capturados terminarán siendo conducidos ante un juez y en pocas horas o días quedarán en libertad, y lo primero que van a tratar de hacer es vengarse de quienes los atacaron.
Incluso se volvieron virales mensajes de algunos cantantes de música popular que tras ser víctimas de robos y otras acciones delincuenciales recientes, advierten que podrían proceder a armarse para defenderse de los criminales.
Igual ocurre con los casos en que los capturados en flagrancia son ciudadanos extranjeros. Es cada vez más recurrente ver a la ciudadanía insultándolos y llamando a las autoridades a que procedan a deportaciones masivas y automáticas.
Como no se trata de hechos aislados, sino de circunstancias que se vuelven cada vez más recurrentes, es urgente que se tomen cartas sobre el asunto. Y para ello lo primero que debe hacerse es redoblar la eficacia de las autoridades tanto en la prevención de los delitos de alto impacto como en mejorar los tiempos de reacción y respuesta para capturar y judicializar a los criminales. Allí también hay un rol clave tanto para la Fiscalía como para los jueces, ya que es imperativo limitar al máximo las excarcelaciones, que son la ‘cuota inicial’ de la reincidencia criminal, la misma que, a su vez, es la que más desespera a la ciudadanía por el aumento de la victimización.