Un análisis detallado de lo que fue la participación de Colombia en los Juegos de París deberán hacer, no solo las federaciones y el Comité Olímpico Colombiano, sino desde el Ministerio del Deporte.
Si bien es cierto que no ocurrió la debacle que se presagiaba antes de iniciar la última semana de competencias, tampoco fue tan exitosa como se esperaba.
En las justas de Tokio se cosecharon cuatro medallas de plata y una de bronce y en París tan solo tres platas y un bronce.
¿Qué pasó? Varios de los deportistas que llegaron con el rótulo a colgarse una presea, apenas conquistaron diplomas y otros ni siquiera estuvieron cerca de cumplir con su objetivo, como ocurrió con Martha Bayona en el keirin.
Desde ahora se debe empezar a planificar las justas de 2028 y ello requiere establecer en qué se falló en esta oportunidad y se debe entrar a analizar el recorte presupuestal que, sin duda, va a golpear los proyectos del Ministerio del Deporte.
En cuanto a las ligas y federaciones, se requiere un trabajo más a fondo para que el relevo generacional se dé.
Además, se deben invertir recursos para formar a los atletas y no esperar únicamente que sea la empresa privada la que, con patrocinios, fomente las diferentes disciplinas deportivas.
Colombia venía en un nivel ascendente. En Londres 2012 se obtuvieron nueve medallas, incluida una de oro con Mariana Pajón y en Río de Janeiro 2106 fue el mejor año con tres preseas doradas y se debe apuntar a que en estos cuatro años que siguen, el trabajo se vea reflejado en la tabla de medallería de 2028 en Los Ángeles.
Para lograrlo se deben destinar muchos más recursos económicos, no recortando el presupuesto del Ministerio del Deporte y planificando cada una de las competencias que forman parte del llamado ciclo olímpico, entre ellas los juegos Centroamericanos y del Caribe y los Panamericanos.
También se debe evaluar si los técnicos con que se cuenta en cada una de las disciplinas son lo más idóneos o si es necesario buscar alternativas en el exterior o enviar a los nuestros a capacitarse con las grandes potencias.
Asimismo, hay que seguir apoyando con determinación a jóvenes talentos, como Ángel Barajas y no esperar a que sus familias lo hagan recurriendo a rifas.
Esperemos que los directivos estudien con detenimiento en qué aspectos se acertó, en cuáles se falló y se apliquen los correctivos del caso.