El auge de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos pone a prueba el peso y la influencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el mercado mundial de crudo, aunque los analistas disienten sobre su impacto a largo plazo.
"No es tanto una cuestión de saber si el petróleo de esquisto tendrá impacto para la OPEP, que lo tendrá, sino cuál será su intensidad", afirma Fawad Razaqzada, de GFT Markets.
"No creo que tenga necesariamente un impacto sobre la demanda, aunque el exceso de producción forzará los precios a la baja", asegura este experto en energía.
Desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE, países industrializados consumidores) anunció a mediados de mayo que la producción de petróleo de esquisto está generando "un choque de oferta" que se expande a todo el mundo, el tema está en boca de todos los actores del mercado energético global.
Según la AIE, la producción en Estados Unidos y Canadá aumentará considerablemente la oferta global de petróleo y ayudará a calmar un mercado "relativamente tenso" en los últimos años.
Esa agencia de la OCDE augura que la producción global de crudo aumentará en 8,3 millones de barriles al día (mbd) entre 2012 y 2018, hasta alcanzar los 103 mbd, y que ese incremento vendrá en gran parte de países fuera de la OPEP y en concreto de América del Norte (3,9 millones de barriles al día).
Pero al ritmo actual de producción, el petróleo de esquisto y el conjunto de petróleos llamados no convencionales, incluyendo el petróleo ligero ('tight oil', que se extrae principalmente en Dakota del Norte), son todavía una parte muy pequeña del mercado.
"Estados Unidos siempre ha tenido fuentes de energía propias ¿Cuánto petróleo de esquisto está produciendo? Poco", sentenció en Viena el ministro ecuatoriano de Recursos Naturales No Renovables, Pedro Merizalde, tras la reunión en que la OPEP decidió mantener en 30 millones de barriles diarios su cuota de producción./AFP