La discusión que se vive en el mundo sobre nuevos enfoques en la lucha antidrogas, hasta ahora basada en el prohibicionismo, también tendría cabida en el espacio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
En ese sentido la ONU está a la espera de un estudio que prepara la OEA desde el primer semestre del año anterior, tras la Cumbre de Las Américas en Cartagena, con información de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) y la Organización Panamericana de la Salud.
Así lo dejó entrever Bo Mathiasen, representante de Unodc en Colombia, quien dijo que “notamos que en el momento la OEA está preparando un informe sobre posibles consecuencias de cambios de políticas y también con distintas opciones para cambios de políticas. Estamos esperando este informe porque creo que para todos los países este informe es muy importante, es importante para este debate”.
Añadió que la ONU espera que los insumos del informe que prepara la ONU “sean muy bien pensados en términos de consecuencias de posibles cambios”.
Sin embargo, Mathiasen dijo que un cambio en materia de políticas de control de drogas que eventualmente se diera tendría que darse en el marco del principio de responsabilidad compartida que hoy prima en el mundo. “No sería lógico ni sería responsable que un país solo cambiase su política frente a los otros países. El control de drogas es una arquitectura de control de drogas global”.
En ese sentido el representante de Unodc en Colombia dijo que los países deberían hacerlo juntos si es que coincidieran en hacer cambios en la política antidrogas. Añadió que en este campo en Naciones Unidas hay tres tratados entre sus países miembros, “si estos miembros quieren cambiar el enfoque de cómo funciona el sistema de control de drogas, debería ser una decisión de sus miembros estados para cambiar. Pero en este momento creo que lo más importante es escuchar y analizar con tranquilidad esas propuestas y ver cómo podrían ser utilizadas en el actual sistema que tenemos o si sería necesario, tal vez, pensar en cambios de los tratados”, especialmente la Convención de 1961.
No obstante al respecto, Mathiasen aclaró que la decisión que se tome es de los “Estados miembros de las Naciones Unidas, y no de las Naciones Unidas.
El estudio que prepara la OEA es el resultado de la discusión sobre nuevos enfoques en la lucha antinarcóticos que adelantaron los países del continente en la pasada Cumbre de Las Américas, en Cartagena, discusión frente a la cual el presidente Barack Obama se mostró respetuoso, aunque Estados Unidos no ha modificado un ápice su tradicional postura prohibicionista.
Colombia ha tenido una activa participación en la discusión a nivel que especialmente en América y Europa se ha desarrollado sobre la necesidad de dar un giro en la lucha antidrogas. En 2009 el expresidente César Gaviria fue uno de los 17 firmantes de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, integrada por exmandatarios latinoamericanos, escritores y otros intelectuales, en la cual se llega a la conclusión que es necesario rectificar la estrategia de guerra a las drogas porque se está lejos de la erradicación de este flagelo.
Dicha Comisión reunida en esa oportunidad en Rio de Janeiro (Brasil) propone, entre otras, romper el tabú que para muchos gobiernos es que la lucha contra los narcóticos se haga exclusivamente por la vía policial; además de despenalizar la tenencia de ciertas sustancias para el consumo personal.
Por su parte, el presidente Santos también ha impulsado esta discusión al señalar que es necesario que los países se sienten a analizar si la actual política antidrogas es la mejor opción o hay una mejor alternativa. Aunque dijo el año anterior en el Congreso colombiano “tengo clarísimo que mientras esa discusión se da, y si logramos que la comunidad internacional y todos descubramos una mejor alternativa, mientras tanto no tenemos opción diferente a continuar nuestra lucha como la venimos ejecutando en los últimos años, donde, repito, hemos sido relativamente efectivos”.
Colombia
Ayer la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) presentó en Bogotá el informe 2012 sobre la lucha antidrogas en el mundo, en el cual Colombia salió bien librada por los resultados que ha obtenido en esta materia.
La JIFE es un órgano independiente y cuasi judicial constituido por expertos que fue establecido en virtud de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes mediante la fusión de dos órganos: el Comité Central Permanente de Estupefacientes, creado en virtud de la Convención Internacional del Opio de 1925, y el Órgano de Fiscalización de Estupefacientes, creado en virtud de la Convención para limitar la fabricación y reglamentar la distribución de estupefacientes de 1931.
El informe resaltó que América del Sur ha aumentado la incautación de hierba de cannabis. En el Estado de Bolivia, la incautación total de plantas de cannabis e hierba de cannabis ascendió gradualmente de 125 toneladas en 2006 a 1.900 toneladas en 2009. En el Brasil la incautación de hierba de cannabis aumentó de 155 toneladas en 2010 a 174 toneladas en 2011.
En ese sentido el informe dice que “en el período 2004-2006 las autoridades colombianas incautaron un promedio anual de 130 toneladas de hierba de cannabis; en el período 2007-2009 la cifra aumentó a unas 215 toneladas al año. En 2011 la incautación siguió aumentando hasta llegar a 321 toneladas”.
Agrega que en Colombia la superficie de cultivo de arbusto de coca ascendió a 64.000 hectáreas en 2011, lo que representa un aumento de 2.000 hectáreas (es decir, del 3%) con respecto a 2010.
Más de lamitad de la superficie de cultivo (el 63%) se concentró en los departamentos de Nariño, Putumayo, Guaviare y Cauca.
Indica también que en 2011 el Gobierno colombiano erradicó cultivos manualmente en 34.170 hectáreas y procedió a la fumigación de cultivos en 103.302 hectáreas. Si bien la fumigación aérea se mantuvo en los niveles de 2010, la erradicación manual disminuyó el 22%.
Sin embargo, el informe de la JIFE señala que “estudios recientes realizados por el Gobierno de Colombia y la Unodc indican que ha disminuido el rendimiento por hectárea de la hoja de coca. Según esos estudios, hay varios factores que pueden haber contribuido a esa disminución, entre ellos el menor uso de fertilizantes y las presiones ejercidas en pro de la erradicación, de resultas de las cuales los campos de arbusto de coca son ahora más pequeños y están situados lejos de las zonas pobladas. En ese país, la fabricación potencial de cocaína
en 2011, que ascendió a 345 toneladas (es decir, el 1% menos que la
cifra de 350 t de 2010), fue la más baja registrada desde 1998.
Mathiasen señaló que “en estos últimos años el informe reconoce los grandes avances de Colombia en materia de reducción de la fabricación de cocaína, que disminuyó más o menos 45% entre los años 2007 hasta el 2011. También está mencionando que en el 2011 el cultivo ilícito de coca en Colombia, el área sembrada era más o menos de 46 mil hectáreas”.
Por su parte el viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa del Ministerio de Justicia y del Derecho, Farid Samir Benavides, dijo que “Colombia si bien sigue produciendo cocaína, ya no es el primer productor de cocaína”. En ese sentido el funcionario destacó que los cultivos se han reducido de 140 mil hectáreas a 64 mil hectáreas entre el añ0 2002 y 2012. “Esto lo que muestra es un esfuerzo importante del Gobierno colombiano, particularmente de las Fuerzas Armadas y de la Policía en la erradicación de los cultivos de coca”
Incautación de cocaína
En 2011 la incautación de cocaína disminuyó en
varios países, entre ellos Brasil, Colombia, Perú y Uruguay, según la JIFE.
País año 2010 año 2011
Colombia 164,8 t 146,1 t
Brasil 27,1 t 24,5 t
Bolivia 29,1 t 34 t
Ecuador 15,5 t21,3 t
Venezuela 24,9 t 26,3 t
Sustancias psicotrópicas
El informe indica que si bien en América en general se viene prestando más atención a la cuestión del consumo de fármacos con fines extraterapéuticos y el uso de medicamentos de venta con receta sin la debida prescripción médica con fines de automedicación o recreativos, la información de que se dispone al respecto es aún bastante escasa. Por ejemplo, en las encuestas normalizadas sobre el abuso de drogas en los estudiantes secundarios se pregunta acerca del consumo de fármacos clasificándolos en las categorías amplias de tranquilizantes y estimulantes.
Según el reciente Informe del Uso de Drogas en Las Américas: 2011 de la Cicad, la prevalencia durante el año anterior del consumo de tranquilizantes sin receta médica por los estudiantes secundarios era de más del 6% en Bolivia, Colombia y Paraguay. En el informe se señala también que, aun cuando la prevalencia del uso de productos farmacéuticos con fines no médicos varía notablemente de un país a otro, en muchos países de América cuyas tasas de consumo de drogas ilícitas son relativamente bajas se han registrado tasas más elevadas de abuso de fármacos y medicamentos de venta con receta.
Consumo en América
En América el consumo de cocaína ya no queda confinado únicamente a América del Norte y unos pocos países del Cono Sur, sino que se ha extendido a toda América Latina y el Caribe. Según un informe de la Cicad titulado Informe del Uso de Drogas en Las Américas: 2011, en el período 2002-2009 alrededor del 27% de los consumidores de cocaína del hemisferio se encontraban en América del Sur. En el informe, publicado en marzo de 2012, también se advierte sobre los efectos nocivos para la salud del abuso de una variedad de sustancias fumables que se producen durante la elaboración de clorhidrato de cocaína.