La OMS sabrá en unas semanas si el virus del Zika causa microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, pero los ensayos clínicos de vacunas a gran escala no deberían comenzar antes de por lo menos 18 meses.
Unos 15 laboratorios y agencias de investigación en todo el mundo trabajan actualmente en vacunas, según la subdirectora de la Organización Mundial de la Salud, la doctora Marie-Paule Kieny.
Dos de estas vacunas parecen prometedoras: una desarrollada por el Instituto Nacional de Salud (INH) de Estados Unidos y otro por el laboratorio indio Bharat Biotech, explicó en una rueda de prensa.
"A pesar de este escenario alentador, no habrá ensayos (clínicos, NDLR) a gran escala de vacunas antes de por lo menos 18 meses", advirtió.
La doctora Kieny también dijo que los expertos necesitarán todavía entre cuatro y ocho semanas para establecer el papel que desempeña el virus del Zika en la aparición de microcefalias entre los bebés nacidos de madres infectadas y del síndrome neurológico de Guillain-Barré entre las personas picadas por el mosquito portador del virus.
Transmitido por un mosquito, y causante de una gran epidemia en América Latina, el virus Zika provoca en las mayoría de los casos síntomas gripales benignos (fiebre, dolores de cabeza, etc).
El virus, que está golpeando a América Latina y sobre todo a Brasil, es peligroso para las mujeres embarazadas porque ha sido asociado a casos de microcefalia entre los bebés cuyas madres fueron infectadas durante el embarazo pero también a un aumento de casos del síndrome de Guillain-Barré (una enfermedad neurológica), aunque por el momento no se ha podido probar científicamente.
"Necesitamos aún algunas semanas para demostrar si hay una relación de causalidad" entre el virus y la microcefalitis y el síndrome de Guillain-Barré, pero "esta relación es altamente probable", según Kieny.
- Detectado en 1974 -
Como el dengue y el chikungunya, el virus Zika --nombre de un bosque en Uganda donde fue detectado por primera vez en 1974-- se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti o Aedes albopictus.
El virus, aún mal conocido, reveló recientemente nuevas e inquietantes facetas, con el anuncio en Estados Unidos de un caso de transmisión por vía sexual, y luego por el descubrimiento por investigadores brasileños de su presencia bajo forma activa en la saliva y la urina.
Brasil es el país más afectado en el mundo con cerca de 1,5 millones de personas contaminadas desde 2015, seguido de Colombia.
El virus se ha extendido no obstante a otros continentes, a través de personas infectadas que viajaron a América Latina.
Puesto que el virus "se propaga de manera explosiva", la OMS decidió a principios de febrero que la situación era "una emergencia de salud pública de alcance internacional" y creó por ello una "unidad de respuesta global".
Según Kieny, unos 20 laboratorios y otros centros de investigación trabajan en diferentes métodos de diagnóstico.
También explicó que la OMS estudia la "diseminación de mosquitos genéticamente modificados para reducir la población de mosquitos".
La OMS aboga de momento por la protección de picaduras mediante repelentes, llevar atuendos largos, y dormir bajo mosquiteros.
La agencia de la ONU no recomienda sin embargo imponer restricciones a los viajes hacia los países afectados.
En Brasil, que alberga en agosto los Juegos Olímpicos, unos 220.000 militares irán este sábado puerta a puerta a tres millones de domicilios para ayudar a la población a combatir el mosquito y luego a pulverizar con insecticida los focos de proliferación.