Oleoducto gigante es rechazado por el Senado de los EEUU | El Nuevo Siglo
Viernes, 9 de Marzo de 2012

El Senado de Estados Unidos rechazó el jueves una medida que habría permitido iniciar la construcción del polémico oleoducto gigante Keystone XL entre ese país y Canadá, suspendida en enero por el presidente Barack Obama debido a las preocupaciones sobre la medio ambiente.

Esta medida, una enmienda a un proyecto de ley integral sobre el transporte, había sido introducida por la minoría republicana para protestar contra la decisión del presidente de aplazar el proyecto a 2013, después de las elecciones presidenciales y legislativas en noviembre.

El texto fue rechazado por 56 votos a favor y 42 en contra. Se requería una mayoría de 60 de los 100 senadores para aprobar la ley.

Los republicanos han utilizado esta votación para recordar que este proyecto crearía hasta 20.000 puestos de trabajo en Estados Unidos y que sería bienvenido en un momento en que los precios de la gasolina están particularmente altos en el país.

"El presidente Obama tuvo la oportunidad de crear miles de nuevos puestos de trabajo de inmediato y mejorar las perspectivas de miles de otras (personas) en la industria manufacturera", dijo el senador republicano Richard Lugar en el Senado.

"Es sorprendente (...), el presidente ha cedido a la presión de los ambientalistas radicales", agregó Lugar, uno de los autores de la enmienda rechazada.

El senador demócrata Ron Wyden defendió la decisión del presidente Obama diciendo que el proyecto no ofrece "ninguna protección para los trabajadores, ni protección para el medio ambiente". "Y creo que los precios (serán) más altos para las empresas y los consumidores estadounidenses", agregó.

Las organizaciones ecologistas temen un accidente a lo largo de los 2.700 kilómetros del trazado propuesto para el ducto que debería llevar el crudo desde las arenas petrolíferas no convencionales de la provincia canadiense de Alberta hasta las refinerías de la costa estadounidense en el Golfo de México.

Los legisladores republicanos, la industria petrolífera y el gobierno canadiense consideran que el proyecto crearía puestos de trabajo y ofrecería un suministro de energía estable desde un país amigo.

AFP