El proeuropeo Arseni Yatseniuk tomo el jueves las riendas de una Ucrania amenazada por la bancarrota y en medio de una pulseada con Rusia, mientras Occidente se alarma por la situación en Crimea, región que exige "más autonomía".
Medio centenar de hombres armados, no identificados, tomaron la madugada del viernes el aeropuerto de Simferopol que, no obstante, continuó siendo operativo, constató la AFP.
El jueves de mañana, un comando prorruso había tomado el control del parlamento y la sede del gobierno local en la ciudad.
La península de Crimea, en el sur de Ucrania, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, se dirige hacia un estallido de las tensiones separatistas.
El Parlamento ucraniano confirmó el jueves al gobierno interino, encabezado por el primer ministro Arseni Yatseniuk, de 39 años, quien de inmediato destacó la nueva orientación proeuropea del país.
"Ucrania ve su futuro en Europa. Queremos formar parte de la Unión Europea", declaró.
La tensión entre el nuevo poder prooccidental de Ucrania y Rusia se redobló tras los acontecimientos en Crimea y el anuncio de que Moscú había recibido al derrocado presidente Viktor Yanukovich.
Esa escalada causaba preocupación en los gobiernos occidentales, que instaron a Rusia a respetar la integridad territorial de Ucrania, una ex república soviética independiente desde 1991.
Los parlamentarios crimeos aprobaron por la tarde una convocatoria a un referéndum el 25 de mayo para decidir el estatuto de autonomía de esa región.
Es también la fecha elegida por las nuevas autoridades de Kiev para celebrar elecciones presidenciales anticipadas, que buscan legitimar la revolución que derribó a Yanukovich.
El mandatario, cuyo paradero se ignoraba desde hacía cinco días, hizo saber el jueves a agencias noticiosas rusas que seguía considerándose presidente y que el viernes daría una conferencia de prensa desde territorio ruso.
Un funcionario ruso de alto rango hizo saber que Moscú lo había acogido atendiendo a un pedido de "garantizar su seguridad personal".
El presidente interino ucraniano Olexander Turchinov advirtió que cualquier movimiento de tropas de la flota rusa del Mar Negro "será considerado como una agresión militar".
La advertencia se produjo al día siguiente de que el presidente Vladimir Putin pusiera en estado de alerta a las tropas rusas en la frontera con Ucrania, incrementando los temores de maniobras militares para resolver una crisis con visos de Guerra Fría.
Por su parte, el vicepresidente estadounidense Joe Biden llamó el jueves a Yatseniuk prometiendo el "apoyo total" a los nuevos líderes del país, que buscan distanciarse de la influencia rusa.
Biden "prometió al primer ministro que Estados Unidos ofrecerá su apoyo total a Ucrania cuando emprenda las necesarias reformas que devuelvan la salud económica, avance en la reconciliación, mantenga sus obligaciones internacionales y busque relaciones abiertas y constructivas con todos sus vecinos", según precisó un comunicado de la Casa Blanca.
La crisis en Ucrania, un país de 46 millones de habitantes, estalló cuando Yanukovich decidió en noviembre dar la espalda a un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) para estrechar vínculos con Rusia.
La represión de las protestas en Kiev se saldó la semana pasada con un baño de sangre que precipitó la destitución del mandatario por el Parlamento.
-"Un país hecho jirones"-
El Ejecutivo interino tendrá igualmente la difícil tarea de impedir la bancarrota del país.
"Ucrania está hecha jirones", admitió Yatseniuk en su discurso de investidura.
"Las arcas del Estado están vacías, se han robado todo. No prometo mejoras, ni hoy ni mañana. Nuestro principal objetivo es estabilizar la situación", agregó.
Selon Yatsekiuk, Ucrania necesita para ello 75.000 millones de dólares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló poco después desde Washington que las nuevas autoridades ucranianas le enviaron un pedido oficial de ayuda financiera.
Estados Unidos ofreció una garantía de hasta mil millones de dólares, en el marco de un posible préstamo de las instituciones financieras internacionales.
- La bandera rusa ondea en Crimea -
Los hombres que tomaron las sedes del Parlamento y el gobierno en Sinferopol, la capital de Crimea, izaron banderas tricolores rusas. Durante la jornada, recibieron refuerzos de habitantes de otras localidades de Crimea.
El comando, equipado con "armas modernas", impidió la entrada de los funcionarios, indicó a la AFP Anatoli Mohilyov, primer ministro de Crimea, una República Autónoma ucraniana de 27.000 km2 y dos millones de habitantes, en su gran mayoría de habla rusa.
Los hombres que tomaron el Parlamento dejaron en cambio entrar a los legisladores, que votaron rápidamente la convocatoria al referéndum del 25 de mayo, con el que buscan ahondar las distancias con Kiev.
El fiscal general de Ucrania abrió una investigación por "actos de terrorismo" contra los autores de la toma de edificios gubernamentales.
En la madrugada se produjo la toma del aeropuerto, e inmediatamente se reunió delante del edificio principal una muchedumbre haciendo flamear banderas de la flota rusa. Posteriormente, une decena de hombres armados continuó patrullando el lugar, pero las actividades continuaban en la terminal aérea.
- Preocupación occidental -
La respuesta occidental a la crisis en Crimea no se hizo esperar.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, instó a Rusia a abstenerse de "cualquier acción que pueda provocar una escalada de tensiones o generar malentendidos".
El secretario de Estado norteamericano John Kerry afirmó sin embargo que Rusia se comprometió a "respetar la integridad territorial de Ucrania" durante una conversación telefónica el jueves por la mañana con su par ruso Serguei Lavrov.
Moscú reiteró además, durante la misma conversación, no estar detrás del asalto de los edificios gubernamentales del jueves.
Asimismo, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) expresó su "profunda preocupación por los acontecimientos actuales en Crimea".
"Insto a todas las partes a dar muestras de responsabilidad y prudencia en esta situación precaria", exhortó Didier Burkhalter, el ministro de Relaciones Exteriores de Suiza y actual presidente de la organización, citado en un comunicado.
Rusia aseguró que "aplica estrictamente" los acuerdos firmados con Ucrania sobre la flota rusa del mar Negro.
Rusia había transferido la península de Crimea a Ucrania en 1954, cuando las dos repúblicas formaban parte de la Unión Soviética.
En 2010, tras años de litigios, los parlamentos de los dos países acordaron prolongar la presencia de la flota rusa en el puerto de Sebastopol hasta 2042, a cambio de una reducción del 30% en el precio del gas ruso./AFP