Varios países occidentales pidieron luchar contra la opacidad fiscal tras las revelaciones de los "Panama Papers", y presionaron al país centroamericano para que cumpla las reglas de transparencia internacional.
La histórica filtración de 11,5 millones de documentos confidenciales del gabinete de abogados panameño Mossack Fonseca, especializado en la creación de sociedades en paraísos fiscales, se cobró el martes su primera víctima.
Se trata del primer ministro islandés Sigmundur David Gunnlaugsson, quien estará apartado del poder "por un tiempo no precisado", al saberse que tuvo junto a su esposa, una rica heredera, una sociedad en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes británicas.
Este miércoles, Francia lideraba la presión a las autoridades de Panamá y anunció que volvería a poner al país en la lista de paraísos fiscales después de haberlo retirado hace cuatro años.
"Desgraciadamente Panamá tiene tendencia a dar giros de 180 grados, a jugar al policía bueno y malo a la vez. Esto no puede continuar", dijo el ministro francés de finanzas Michel Sapin, que pidió a los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que también vuelvan a incluir al país en la lista.
El ministro también indicó que la cuestión podría debatirse en una reunión del G20 prevista la semana que viene en Washington.
Las autoridades panameñas respondieron a las críticas y el ministro de la presidencia, Álvaro Alemán, advirtió que "existe una ley que establece medidas de retorsión contra países que incluyan a Panamá en listas grises" de blanqueo de capitales.
Estas medidas incluyen bloquear las inversiones extranjeras o congelar concursos públicos, lo que podría dejar fuera de importantes contratos a los países occidentales.
Por su parte, el vicecanciller panameño Luis Miguel Hincapié calificó de "injustas y discriminatorias" las críticas expresadas en una carta por el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
- Presión de Estados Unidos -
A la presión de Francia podría unirse ahora la de Estados Unidos, la primera economía mundial, históricamente ligada a Panamá, donde fue propietaria del canal hasta 1999.
"La cuestión de la evasión fiscal es un problema enorme", dijo el martes Barack Obama, y pidió endurecer la legislación en vigor y reforzar la cooperación internacional.
Estados Unidos también lucha contra este fenómeno en casa y acaba de adoptar nuevas leyes para frenar el exilio fiscal de multinacionales estadounidenses que transfieren su sede al extranjero aprovechando la compra de empresas.
La reunión del G20 en Washington de la semana que viene, que coincide con las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, será la ocasión de tratar la cuestión, según una fuente francesa.
También se hablará de ello en una reunión de ministros de Finanzas europeos prevista en Amsterdam a finales e abril.
El despacho Mossack Fonseca está en el centro del escándalo después de que una fuente anónima lograra extraer millones de documentos y los compartiera con con el Sueddeutsche Zeitung.
El periódico alemán los compartió a su vez los compartió con más de 100 medios en todo el mundo a través del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Tras un año de investigación el ICIJ y los medios participantes publicaron la primera ola de revelaciones que implican a 140 personalidades e primer nivel de todo el planeta.
La creación de sociedades en paraísos fiscales, las llamadas 'offshore', no es ilegal en sí aunque en muchos casos sirven para ocultar el patrimonio a las autoridades fiscales, para blanquear dinero del tráfico de drogas o para ocultar fortunas que tendrían consecuencias políticas nefastas para sus propietarios.
Ramón Fonseca Mora, director y miembro fundador de la firma, dijo el martes que su firma había sido hackeada y anunció una denuncia ante los tribunales.
"Nadie habla del hackeo y es el único crimen que se ha cometido. No entendemos. El mundo acepta ya que la privacidad no es un derecho humano", dijo Fonseca.
Las revelaciones de los documentos, que cubren un periodo de casi 40 años y donde aparecen citadas 214.000 sociedades, han salpicado a personalidades de todo el mundo, desde allegados del presidente ruso Vladimir Putin o del chino Xi Jinping, hasta deportistas como el argentino Lionel Messi o el nuevo presidente de la FIFA Gianni Infantino.
También aparecen los nombres del presidente argentino Mauricio Macri y el del padre del actual premier británico, David Cameron.
Según el Süddeutsche Zeitung, entre los clientes de Mossack Fonseca también había "traficantes de droga de México, Guatemala y Europa del Este".