Obsesión de Trump: pasar su agenda en Senado | El Nuevo Siglo
Foto Casa Blanca
Martes, 6 de Junio de 2017
Redacción internacional
Los senadores norteamericanos volvieron a sesionar este lunes. Ante su llegada, el Presidente intentará que la bancada republicana pase su reforma al ‘Obamacare’ y su osado plan, calificado de “histórico”, para recortar múltiples impuestos. El problema, los tiempos.

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Donald Trump se enfrenta a su mayor contrapeso: el Congreso de Estados Unidos. El mismo que hace unos meses lo puso contra la pared negando su proyecto de salud, tan vendido entre los republicanos, que al final no contó con las mayorías necesarias y mostró, por primera vez, su cara de fracaso: ceño fruncido, mirada sombría y boca inmóvil (siempre sonríe o gesticula).

Esta vez el Presidente vuelve al Congreso para que le sean aprobados dos de sus proyectos más emblemáticos, de un lado, la eliminación del ‘Obamacare’ y, del otro, un recorte de impuestos que el mismo ha presentado “como el más grande de la historia”. Ambos, se rumora, no cuentan con el aval suficiente de los parlamentarios, pero Trump, obstinado después de su primera derrota legislativa, busca por todos los medios convencer a sus mayorías republicanas para que aprueben sus iniciativas. 

Según El Político, Trump hoy se reunirá con miembros de la bancada republicana para centrarse en la agenda legislativa que comenzó ayer con la apertura de nuevas sesiones en el Congreso de Estados Unidos, que finalizan a comienzos de agosto, cuando salen a vacaciones. Aunque la agenda está copada de múltiples temas, como el seguimiento del Acuerdo Nuclear con Irán y las presuntas relación de algunos miembros de su gabinete con Rusia, Trump quiere que la derogación completa del ‘Obamacare’ quede lista en junio y el recorta de impuestos sea aprobado en julio, máximo a comienzos de agosto. 

En total, el Presidente y su bancada tienen siete semanas para lograr que el Senado apruebe ambas medidas. Tiempo que, de acuerdo al ritmo legislativo, parece insuficiente, por más que cuente con mayorías en ambas cámaras, que en su totalidad no son fieles a su causa, como quedó claro cuando presentó el proyecto de salud ante la Cámara de Representantes y una minoría republicana, que él mismo llamó “ultraconservadora”, se opuso, generando su primera derrota. 

Desenfreno

El ritmo que intenta imponer Trump en el Senado asusta a los parlamentarios. Frenético y poco dado a la deliberación, algunos han criticado que se intente aprobar un paquete de proyectos en tan poco tiempo. “Estoy muy frustrado ... vamos a hacer todas estas cosas para el 30 de septiembre? Dame un descanso. Vamos a reducir los impuestos, pasar el cuidado de la salud”, dijo Linsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, al Político.

El frenesí que invade a Trump es parte de su aparente obstinación por derrotar al poder político en Washington, representando, como en ninguna parte, en el Parlamento. Hasta el momento, sólo ha emitido medidas ejecutivas, como retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, pero a nivel legislativo no ha logrado pasar ninguna de sus iniciativas, pese a contar con una aparente mayoría. 

Sus escuderos esta semana han salido a defenderlo. Marc Short, director de asuntos legislativos de Trump, sacó a flote los logros del presidente en cinco meses: mejoría de las relaciones con líderes internacionales extranjeros y su máximo logro hasta el momento, el nombramiento de Neil M. Gorsuch como juez de la Corte Suprema de Justicia. Pero no mencionó nada de su agenda legislativa. 

Muchos de los electores de Trump votaron por una promesa de campaña: bajar la carga tributaria a personas y empresas

Obamacare

Aprobar el ‘Obamacare’ es un reto para Trump. En la Cámara, cuando intentó derrotar la reforma a la salud de su antecesor, perdió, por cuenta de su propio partido. El Presidente esta vez intenta convencer a los parlamentarios de las virtudes de su proyecto, pedido que hasta el momento no ha tenido una buena acogida, porque muchos dicen que necesita modificaciones, según El Político. 

De acuerdo a Mitch McConell, líder de las mayorías republicanas, en declaraciones a The Washington Post, el texto es muy difícil que pase tal como salió de la Cámara, donde fue rechazado. Hasta el momento, Trump no le ha hecho modificaciones, pero se espera que con las reuniones que llevará a cabo esta semana sea convencido de ello. 

A nivel Senado el Partido Republicano tiene 52 escaños cuatro más que los demócratas, que se quedan con 48. Esta mayoría, que es más grande en la Cámara, puede pasar todos sus proyectos sin problema, pero es claro que Trump, a diferencia de presidentes republicanos anteriores, goza de poco afecto en algunos sectores de la colectividad. 

Si la supresión del ‘Obamacare’ es aprobaba, se calcula que 51 millones de personas (en 2026) se quedarían sin cobertura médica, un golpe al sistema de salud norteamericano. Se estima, de lo contario, que si es respaldado, 28 millones quedarían por fuera del sistema para esa fecha, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.  

Recorte de impuestos

Muchos de los electores de Trump votaron por una promesa de campaña: bajar la carga tributaria a personas y empresas. Por lo pronto, de ese plan “histórico” para eliminar impuestos se conoce poco, salvo algunas declaraciones de los encargados de la economía norteamericana que han dicho que se viene algo grande. 

El jueves, Trump dijo que estaban “avanzando” en un plan para recortar los impuestos junto a su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y Gary Cohn, su asesor económico.  Según el Político, estos dos vienen presionando a los senadores republicanos para que pasen el plan a finales de julio, comienzos de agosto, sin que se presenten bloqueos como en el caso del ‘Obamacare’.

“Los republicanos están trabajando muy, muy duro, nos encantaría tener el apoyo de los demócratas, pero tal vez tengamos que hacerlo solo, pero está muy bien”, dijo Trump la semana pasada, afilando la entrada del Congreso a sesiones. 

La Casa Blanca ha dicho que la falta de ingresos por tributos se suplirá con un crecimiento económico en alza y sostenible. Ha mencionado “que se pagara por sí mismo”, sugiriendo que este plan apunta a subir los niveles de ingreso. 

Trump se enfrenta a una de los mayores retos de su gobierno: convencer a los parlamentarios que voten por sus osados proyectos. Esta vez, puede que logre el apoyo suficiente a nivel Senado. Pero el problema son los tiempos, es poco probable que planes de semejante envergadura sean aprobados en dos meses, o menos.

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