Los observadores de la ONU desplegados en Siria llegaron el viernes al lugar de la matanza de Al Kubeir, donde al menos 55 personas, entre ellas niños y mujeres, murieron esta semana, afirmó a la AFP un militante de la provincia de Hama (centro).
Ayer se había impedido el acceso al lugar de la matanza a los observadores, contra los que se produjeron disparos.
La matanza de Al Kubeir, un pueblo de la región de Maarzaf (Hama), se produjo menos de dos semanas después de la de Hula, cerca de Homs (centro), que suscitó una gran conmoción internacional.
"Los observadores fueron primero al pueblo de Maarzaf, donde están enterradas las víctimas, luego a Al Kubeir para inspeccionar los daños provocados por el bombardeo del ejército", declaró el militante, Abdel Karim Al Hamui.
La oposición y el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH) acusaron a los "shabbihas", milicias afines al régimen, de haber cometido esta nueva matanza, pero el régimen negó que ello se hubiera producido.