Con precaución por parte de los obispos del Pacifico por el abandono de esta zona del país se inició ayer la XCVII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC).
El obispo de Quibdó, Juan Carlos Barreto, sostuvo que verdaderamente se está viviendo una situación de angustia por parte de los habitantes.
“Es una situación bastante complicada en torno a los derechos humanos. Hay muchas afectaciones para las comunidades afro e indígenas del territorio. Hay crisis en el sentido de la seguridad alimentaria, a nivel de salud, de educación y se ha intensificado en conflicto armado”, le manifestó Barreto a EL NUEVO SIGLO, para quien otro tema es la problemática de minería mecanizada sobre el medio ambiente.
A nivel social, “ha crecido la violencia urbana”, sostuvo el prelado, añadiendo que son varias de las situaciones que configuran una situación difícil del departamento.
“Lo que le estamos pidiendo al Gobierno nacional es que ponga más los ojos en el Chocó y del Pacífico. Es que son regiones donde hay históricamente un abandono del Estado y las consecuencias se están viendo ahora con la intensificación del conflicto”, dijo Barreto.
El jerarca católico manifestó que la guerra se ha desplazado mucho hacia el Pacífico y por eso anotó que la petición es que se haga una intervención, no en el sentido de imponer un Gobierno centralista, “sino que logre realizar efectivamente las intervenciones necesarias para que la población pueda desarrollar y alcanzar su progreso”.
Barreto manifestó que “queremos hablar de posconflicto. Eso es lo que se quiere. Queremos que se creen las situaciones necesarias para que por fin las personas puedan vivir en paz. Tenemos mucha esperanza de que realmente con el proceso de la guerrilla de las Farc se pueda llegar a la desmovilización con ese grupo armado”.
Por su lado, el obispo de Istmina, Julio Hernando García, expresó que hoy “tendremos una declaración sobre el aspecto de la crisis humanitaria que está viviendo el Chocó. La realidad que vive el departamento es muy crítica, es muy grave, es muy delicada y por esta situación como Iglesia estamos hablando en nombre de los que no tienen voz. Nos sentimos responsabilizados de hacer a conocer la situación que estamos padeciendo”.
García expresó que el objetivo es que los obispos de la región y las entidades se manifiesten sobre la problemática en concreto. “Es que realmente no estamos viviendo en condiciones humanas. Y por eso declaramos que estamos en una verdadera crisis humanitaria. Es imposible vivir así. Eso no es vida humana. Y estamos en la obligación de hacer ver que estamos ante una crisis”, declaró.
El obispo García consideró que no solamente están olvidados, sino desprotegidos: “Estamos en una situación sin esperanzas, en una situación muy angustiosa”.
Entre tanto, el obispo de Buenaventura, Héctor Epalza, anotó que en verdad se necesita la presencia del gobierno en el Chocó. “Nosotros queremos hacer un seguimiento para que el Gobierno realmente cumpla con esta región tan arruinada y excluida, de todo lo que es el bienestar fundamental para la población desplazada y marginada del Pacífico colombiano”, señaló.