Con el fin de proponer un plan presupuestado en 300.000 millones de dólares, Obama presentara al Congreso un ambicioso programa de lucha contra el desempleo.
El presidente estadounidense Barack Obama dará un discurso previsto a las 19H00 locales (23H00 GMT) ante la sesión conjunta del Congreso, y será la quinta vez que Obama emplea esta arma para demostrar a la sociedad estadounidense de que tiene propuestas claras para salir del marasmo económico.
El desempleo se ha convertido en la principal preocupación del ciudadano medio en Estados Unidos, ante una tasa del 9,1% que no da signos de bajar a pesar de un gran plan de estímulo económico lanzado en 2009 y sucesivos recortes de impuestos.
La popularidad de Obama ha ido bajando paulatinamente en los últimos meses, a medida que las noticias económicas confirmaban que Estados Unidos no despega.
Obama busca su reelección dentro de 14 meses, y el Partido Republicano ya calienta motores para retarlo con un adversario sólido.
Los republicanos, que dominan la Cámara de Representantes, han conseguido en los últimos meses rebatir las propuestas económicas del gobierno vinculándolas al déficit público.
Según una encuesta conjunta del diario The Washington Post y de la cadena ABC News publicada el martes, 53% de los encuestados considera de forma negativa el trabajo de Obama y 77% cree que el país "no va por el buen camino".
Obama planteará la creación de un banco público de infraestructura, una prolongación de los actuales recortes fiscales para la clase media y medidas para favorecer la creación de empleo entre las pequeñas empresas, según filtraciones del plan divulgadas por la prensa estadounidense.
Según fuentes de prensa, Obama podría confirmar también que va a mandar al Congreso para su ratificación los Tratados de Libre Comercio pendientes con Corea del Sur, Colombia y Panamá, algo que le exige repetidamente la oposición.
Obama "se toma muy seriamente medidas que sean responsables, que tengan apoyo bipartidista y que tienen un impacto rápido y directo en la economía y en el empleo", explicó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
La estrategia del presidente, según observadores, es proponer un plan que si es rechazado por razones de austeridad, acabe dañando las opciones electorales de los propios republicanos.
El plan, que según el Washington Post de este jueves podría costar hasta 300.000 millones de dólares, "está enteramente costeado" mediante recortes en otras áreas, según Carney.
AFP