Estados Unidos fijó las condiciones que serían necesarias para la investigación del aparente derribo el jueves de un avión malasio en la zona en conflicto en Ucrania, al exigir una pesquisa "creíble" y que se preserven los restos del siniestro en el lugar.
En una llamada telefónica al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y al primer ministro de Malasia, Najib Razak, el mandatario estadounidense Barack Obama advirtió contra cualquier desaparición de pruebas en el lugar del siniestro.
El vuelo de Malaysia Airlines, que iba de Amsterdam a Kuala Lumpur, llevaba a 298 personas a bordo, 154 de las cuales eran holandeses. El avión se estrelló en el este de Ucrania, controlado por separatistas prorrusos. No hubo sobrevivientes.
Según responsables estadounidenses, la nave fue abatida por un misil tierra-aire. Las autoridades de Kiev y los rebeldes prorrusos se acusaron mutuamente de manera inmediata de estar en el origen del disparo que habría causado la catástrofe.
La Casa Blanca informó que Obama le dijo al primer ministro holandés, Mark Rutte, que "está dispuesto a contribuir con asistencia inmediata" para que se realice "una investigación internacional rápida, completa, creíble y sin trabas".
Ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad de garantizar "acceso inmediato al sitio del incidente para facilitar la recuperación de los restos y conducir una investigación exhaustiva".
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, reforzó el pedido de una investigación internacional "creíble" y se dijo "horrorizado" por el derribo de la nave de la aerolína malasia, que aún está investigando la misteriosa desaparición de otro avión en marzo.
En la madrugada del viernes, algunos familiares comenzaban a congregarse en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur, capital de Malasia, en una agónica espera de noticias.
Una mujer, Akmar Mohd Noor, cuya hermana de 67 años iba a bordo del vuelo MH17, contó que acudió al aeropuerto tan pronto como vio la noticia en la televisión.
"Me había telefoneado justo antes de abordar el avión y me dijo 'nos vemos pronto'", relató entre sollozos.
- Investigación "completa y transparente" -
En una frenética difusión de comunicados y declaraciones, la Casa Blanca exigió también un cese el fuego inmediato en Ucrania "para garantizar el acceso seguro y sin trabas al sitio del siniestro".
El avión fue abatido justo un día después de que Washington endureciera las sanciones contra Moscú, diciendo que no había hecho lo suficiente para convencer a los separatistas ucranianos de deponer las armas ni de detener el flujo de armamento por la frontera hacia los rebeldes que combaten el gobierno en Kiev.
Irónicamente, los primeros informes de que un avión comercial había caído en plena zona de guerra se produjo cuando Obama hablaba por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin, para explicarle por qué Washington propinaba esta nueva bofetada a los sectores de defensa, finanzas y energía de la economía rusa.
Luego Putin achacó a Kiev la responsabilidad del incidente. "Esta tragedia no hubiera ocurrido si reinase la paz en este país, si las operaciones militares no se hubiesen reanudado en el sudeste de Ucrania", añadió.
En tanto, la Casa Blanca advirtió --en el comunicado que refería sobre la conversación entre Obama y el ucranino Poroshenko-- que la evidencia del siniestro no debía ser retirada del país hasta que se condujera una investigación "completa y transparente".
La emisión de dos comunicados de la Casa Blanca con esta advertencia sugiere que a las autoridades estadounidense les preocupa mucho que los militantes separatistas prorrusos intenten hacer desaparecer los restos de la nave para encubrir a los responsables.
Horas después, cuando las acciones de Malaysia Airlines caían 15% en la apertura de la Bolsa de Kuala Lumpur, la agencia federal estadounidense de aviación (FAA) urgía a los aviones comerciales estadounidenses a evitar el espacio aéreo sobre el este de Ucrania.
Este es el segundo accidente fatal de Malaysian Airlines este año. El 8 de marzo, el vuelo MH370 desapareció en un caso que aún se investiga. Se cree que la aeronave se estrelló en el Océano Índico, pero no se han hallados restos del aparato.
Cuando llegó a Nueva York, donde tenía citas políticas pautadas, Obama habló con Kerry sobre las repercusiones de este desastre. Luego tuvo conversaciones confidenciales con su equipo de seguridad nacional, otros miembros de inteligencia y aliados internacionales.