El presidente estadounidense, Barack Obama, denunció durante un encuentro con el primer ministro italiano, Mario Monti, un "atroz baño de sangre" en Siria, donde fuerzas del gobierno reprimen violentamente a la ciudad opositora Homs.
Más de 80 personas murieron el jueves en Siria, la mayoría de las cuales fueron civiles abatidos por las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar al-Asad en la ciudad de Homs, donde las protestas son más intensas, mientras la ONU anuncia "un agravamiento" del conflicto en ausencia de un consenso internacional.
En declaraciones al final de una reunión con el primer ministro italiano Mario Monti, Obama reiteró su llamado a que Asad abandone el poder.
"Los dos tenemos un gran interés en poner fin al atroz baño de sangre que hemos visto y ver una transición desde el actual gobierno que ha reprimido a su propio pueblo", dijo el mandatario.
El régimen sirio bombardeo, por sexto día consecutivo, el bastión opositor de Homs, pese a la creciente presión y condena de la comunidad internacional.
"Al menos 53 civiles murieron en violentos bombardeos en Homs, 35 de ellos en el barrio de Baba Amr, y 11 en el asedio a sus residencias en el barrio de Inchaat", informó la entidad opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, con sede en Londres).
Según el director del OSDH, entre el sábado y el miércoles murieron más de 400 civiles en Siria