El presidente estadounidense, Barack Obama, lanzó una seria advertencia a la Unión Europea sobre eventuales negociaciones "conflictivas" en el proceso de divorcio con el Reino Unido, su mejor aliado en Europa.
"Nadie tiene interés en negociaciones largas y conflictivas", dijo Obama en una rueda de prensa en Varsovia, antes de participar en las última cumbre de la OTAN de su mandato.
Obama compartía estrado con los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea, Donald Tusk y Jean-Claude Juncker respectivamente.
Washington siguió de cerca el proceso británico que terminó con la decisión de que el Reino Unido saliera de la Unión Europea, abriendo el camino a un incierto e inédito proceso que Londres aún no activó a pesar de las presiones de las capitales europeas.
El Reino Unido, potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, es el mejor aliado de Estados Unidos en Europa, con quien mantiene una "relación especial".
"Éste es quizás el momento más importante para las relaciones transatlánticas desde el fin de la Guerra Fría", señaló Obama en una tribuna publicada este viernes por el Financial Times.
Frente a esta advertencia, Jean-Claude Juncker señaló que no encaraba el proceso de divorcio "de manera hostil".
El Reino Unido 'no da la espalda'
El primer ministro británico, David Cameron, que asiste como Obama a su última cumbre de la Alianza Atlántica, aseguró al llegar que el Reino Unido no está "dando la espalda a la OTAN".
Cameron, cuyo país es el principal contribuyente europeo de la Alianza, aseguró además que "Gran Bretaña no tendrá un papel menor en el mundo".
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, volvió a insistir que el Brexit cambiará inevitablemente sus vínculos con la UE "pero no la posición de liderazgo del Reino Unido dentro de la OTAN".
Stoltenberg firmó además con Tusk y Juncker una declaración conjunta que esboza cómo deberían ser las relaciones entre la OTAN y la UE.
En Varsovia, los 28 líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) buscarán reafirmar su presencia en el este europeo, otrora bajo la influencia de Moscú.
La cumbre se celebra en la simbólica capital polaca, en donde en 1955 la Unión Soviética firmó el Pacto de Varsovia para contrarrestar la creación años antes de la Alianza Atlántica.
La decisión mayor será la ratificación del plan de acción para contrarrestar a Rusia luego de la anexión de Crimea y la intervención en Ucrania en 2014.
El plan de respuesta, esbozado por la OTAN en la cumbre de Gales en 2014, el 'Readiness Action Plan', supone respetar un mínimo de gastos militares de 2% del PIB y cesar los recortes.
Para sosegar a los aliados que se independizaron de Moscú a principios de los 1990, la OTAN decidió reforzar su "Fuerza de Respuesta" (NRF, Nato Response Force) triplicando sus efectivos hasta 40.000 soldados y creando una "punta de lanza" ('Spearhead') de 5.000 hombres capaz de desplegarse en sólo días en cualquier foco de crisis.
Sin embargo, Polonia y los tres países Bálticos obtuvieron más. La cumbre debería ratificar el despliegue en esos países de cuatro batallones multinacionales (entre 600 y 1.000 militares cada uno) sobre la base de una rotación, uno de ellos con tropas estadounidenses en Polonia, confirmó Obama.
Esta decisión no tiene precedentes desde el fin de la Guerra Fría y el Acta Fundacional de 1997 que rige las relaciones OTAN Rusia y establecía la reducción de las fuerzas convencionales en Europa y Rusia.
“Rusia 'no es una amenaza”
La unidad con la que los aliados prepararon la cumbre pareció desteñir este viernes cuando llegó el presidente francés, François Hollande.
Hollande estimó que la OTAN no debe dictar el tipo de relaciones que debe tener Europa con Rusia, país al que consideró como un "socio". "Rusia no es un adversario, no es una amenaza", señaló.
Por su parte Moscú considera que la OTAN, que avanza sobre lo que eran sus 'satélites', es la que amenaza su seguridad.
La cumbre, despierta un "gran interés" en Moscú, dijo este viernes el protavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Pero Moscú reserva sus mayores advertencias al escudo antimisiles que desarrolla Estados Unidos en Europa. En la cumbre se debería declarar que ya se encuentra operacional tras la inauguración en mayo de una primera base de interceptores balísticos en Rumania.