Con una moneda que tenga menos dígitos y sea más práctica se le simplificaría la vida a los ciudadanos y a la población. Este es el principal argumento del Gobierno para presentar por segundo año consecutivo un proyecto al Congreso que busca quitarle tres ceros al valor del peso.
Esta iniciativa, que ya se está abriendo paso y está siendo socializada por el Ejecutivo, parece contar con un amplio respaldo del Legislativo, a pesar que ya el año pasado fue hundido un proyecto en ese sentido al no pasar el segundo debate en la plenaria del Senado por 41 votos en contra y 15 a favor.
El proyecto de ley 34 de 2010 contaba con el respaldo del Gobierno, el Banco de la República y las organizaciones de consumidores y de comerciantes, pero finalmente no pasó en el Senado.
En su momento, los senadores plantearon que esa propuesta no era conveniente para el país, a pesar de algunos argumentos en que señalaban que la iniciativa buscaba dejar sin efecto las caletas de dinero del narcotráfico al cambiar la moneda nacional convirtiendo mil pesos en un peso.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, dijo que la medida tendrá un gran impacto entre la población porque va a simplificar el uso de la moneda y pondrá al país en un estándar internacional, en donde ya no se usan cifra de tres dígitos.
Según el ministro esto va a permitir un mejor manejo contable y facilita el manejo de la moneda.
Cárdenas explicó que la implementación del nuevo sistema va a requerir un periodo de transición debido a que no se puede realizar de un día para otro.
“El país ya llegó a un nivel de madurez, con baja inflación, tenemos las condiciones para buscar que entremos en ese grupo de países privilegiados que hoy en día hacen parte de la OCDE y en ese contexto las monedas se manejan en un digito”, comentó.
Cárdenas dijo que el proyecto de quitarle tres ceros al peso “simplificaría” la vida de los colombianos y la haría más “fácil”, aunque aceptó que el cambio generará resistencia pero el gran reto del Gobierno Nacional será quitar ese temor.
Por su parte, el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, afirmó que el proyecto no significa una medida para dolarizar la economía, como lo han interpretado algunos sectores del país, sino simplemente un cambio en la unidad de medida de la moneda nacional, para facilitar el manejo del dinero.
Uribe dijo que la dolarización significa "entregar la capacidad de una política monetaria propia, entregar la capacidad de tener autonomía monetaria" y eso no es lo que se pretende en este caso.
Añadió que países como Ecuador en un momento se vieron obligados a dolarizarse porque perdieron la confianza en su moneda, pero resaltó que ese no es hoy el caso colombiano.
"Aquí simplemente es que la unidad de medida pasa de la medida actual, a una que tiene tres ceros menos. Nada tiene que ver con dolarización. Simplemente un dólar pasaría a 1.8 pesos y no los 1.800 pesos de hoy", señaló.
El gerente del Emisor dijo que el cambio no le resulta muy costoso al país. Explicó que en el caso de los billetes, estos tienen vida útil de entre 12 y 13 meses para los de menor denominación y de 30 meses para los de denominación más alta.
"En la medida en que se van deteriorando los billetes, se cambiarían por los nuevos. El único costo sería el de las planchas para los nuevos billetes", anotó Uribe, al explicar lo que sucedería si se aprueba el proyecto para eliminar los tres ceros.
Añadió que en el caso de las monedas si hay costo, pero depende a qué velocidad se quieren cambiar. "En el proyecto pasado se habló de cinco años para el cambio de las monedas", recordó.
A propósito, señaló que recientemente salieron a circulación monedas con nuevos diseños, pero la decisión se tomó luego que se archivara el pasado proyecto de ley para eliminar los tres ceros.