Las Farc están "cerca" de llegar a un entendimiento con el Gobierno para salvar el acuerdo de paz, tras el triunfo del ‘no’ en el plebiscito del 2 de octubre, afirmó este hoy en Cuba el jefe guerrillero Rodrigo Londoño, alias Timoleón Jiménez o Timochenko.
Las partes están reunidas en La Habana discutiendo los ajustes que plantearon los sectores que votaron en contra de la implementación del acuerdo para acabar con medio siglo de enfrentamiento armado.
"Cerca a definir acuerdo recogiendo inquietudes de gente del común: abstencionistas, del NO y el SI", trinó Londoño.
El Gobierno y las Farc analizan desde el sábado las fórmulas para salvar el convenio que por casi cuatro años negociaron en La Habana, y que fue firmado el 26 de septiembre por Londoño y el presidente Juan Manuel Santos.
Las delegaciones de paz no han revelado las iniciativas que están en discusión, pero han reiterado su intención de realizar modificaciones para poder implementar los compromisos suscritos.
"Tercer día de reuniones para discutir propuestas ciudadanas. Avanzamos con el ánimo de llegar a un acuerdo", tuitearon también los equipos negociadores.
El acuerdo que fue rechazado en las urnas, por estrecho margen, prevé en esencia que las Farc depongan los fusiles después de 52 años, y se conviertan en partido político.
En ese sentido, las partes acordaron un alto al fuego bilateral y definitivo, y fórmulas para mejorar la situación en el campo -escenario histórico del conflicto- combatir el narcotráfico, reconocer y reparar a las víctimas, así como garantías para la participación política de los futuros excombatientes.
Sin embargo, sectores liderados por el senador Álvaro Uribe, jefe natural del Centro Democrático, se opusieron al pacto, alegando que los guerrilleros podrían aspirar a cargos públicos sin pagar un mínimo de cárcel por sus crímenes.
El texto establece que los responsables de delitos atroces, tanto guerrilleros como militares y civiles, que confiesen sus actos y ayuden a reparar a las víctimas podrán evitar la cárcel, y cumplir penas alternativas de reclusión.
Mientras buscan una salida a la crisis desatada por el rechazo en las urnas, guerrilleros y Gobierno mantienen el cese bilateral del fuego que declararon a finales de agosto.