Un nuevo acuerdo de paz con las Farc está "próximo a ver la luz", afirmó el jefe guerrillero Luciano Marín, alias Iván Márquez.
"La mesa está trabajando con mucho dinamismo, con ahínco, revisando una gran cantidad de propuestas", dijo Marín, jefe negociador de las Farc, en declaraciones al informativo guerrillero Nueva Colombia.
Las delegaciones del gobierno y la organización armada están modificando el acuerdo que suscribieron en septiembre, tras el triunfo del ‘no’ en el plebiscito el 2 de octubre.
El revés en las urnas por mínimo margen impidió implementar el pacto, tras lo cual las partes acordaron mantener el alto al fuego vigente desde finales de agosto y realizar ajustes a partir de las iniciativas con los sectores que votaron en contra del convenio.
Según Marín, las propuestas han "enriquecido el contenido del nuevo acuerdo".
"Ese nuevo acuerdo está próximo a ver la luz, somos optimistas", destacó el jefe negociador de las Farc.
"La paz tiene que materializarse y muy pronto para un país que, como el de Colombia, ha estado sumido durante largos años en la confrontación del conflicto armado", sostuvo.
Las partes están revisando centenares de propuestas de ajuste, pero no han revelado el alcance de las reformas al texto de 297 páginas.
El acuerdo que fue rechazado en las urnas prevé en esencia que las Farc depongan los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.
Asimismo, contiene fórmulas para mejorar la situación en el campo -escenario histórico del conflicto-, combatir el narcotráfico, reconocer y reparar a las víctimas, así como garantías para la participación política de los futuros excombatientes.
Sin embargo, sectores encabezados por el senador Álvaro Uribe, jefe natural del Centro Democrático, se opusieron al acuerdo, alegando, entre otros puntos, que los excombatientes podrían aspirar a cargos públicos sin pagar un mínimo de cárcel por sus crímenes.
El pacto de La Habana establece que los responsables de delitos atroces, tanto guerrilleros como militares y civiles, que confiesen sus actos y ayuden a reparar a las víctimas podrán evitar la cárcel, y cumplir penas alternativas de reclusión.