A pesar del reconocimiento internacional a labor del presidente Juan Manuel Santos en la búsqueda del final del conflicto armado en Colombia, su nominación al Nobel de Paz generó diferentes reacciones.
El director del Centro de Seguridad y Democracia, de la Universidad de los Andes, Alfredo Rangel, consideró como una ligereza la postulación: “Me parece que después que el presidente Obama fue premio Nobel de Paz sin haber hecho nada por ella, la nominación del presidente Santos es poca cosa para la ligereza con que se postula los premios de la paz”.
Rangel consideró contradictoria la nominación, ya que aseguró que así el Presidente esté entre los opcionados, el proceso va hacia el fracaso: “Para muchos colombianos un proceso de paz que se hace en medio de la violencia y el terrorismo, mientras que el Estado discute con una guerrilla que no tiene ninguna representatividad, no es un proceso de paz ejemplar. Este proceso está repitiendo los errores del pasado y muy seguramente va a ser castigado por el fracaso, así se haya postulado a su gestor al Premio Nobel de Paz”.
Por su parte, el director de la Corporación Nuevo Arco Iris, León Valencia, interpretó el hecho como un reconocimiento internacional a la búsqueda de la paz en Colombia: “Es un reconocimiento internacional muy grande a un presidente que se compromete a buscar una salida política y negociada. Lo veo lógico porque este es uno de los conflictos más viejos del mundo que ha entrado en una etapa de degradación muy profunda que ha causado un daño muy grande a la población”.
Valencia indicó que quienes critican la nominación, son los detractores del proceso de los diálogos con las Farc: “Los que se oponen son los mismos enemigos de las negociaciones de paz. Esto servirá para comprometerse más con este proceso, creo que es un estímulo para la paz de Colombia”.