En diálogo con EL NUEVO SIGLO, el Vicepresidente de la Academia Colombiana de Historia afirmó que el proyecto de ley que busca revivir la cátedra, plantea un desafío desde las aulas de colegios y universidades para enfocar correctamente su enseñanza.
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El proyecto de ley que busca que la cátedra de historia sea de obligatorio cumplimiento en Colombia plantea según el padre Fernán González, vicepresidente de la Academia Colombiana de Historia, en funciones presidenciales por ausencia del presidente Eduardo Durán, quien está fuera del país, un desafío para la enseñanza desde las aulas de los colegios y universidades.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, el padre González aseguró que, “la enseñanza en las universidades o en los colegios es un desafío para saber qué tipo de historia se va a enseñar y cómo se va a enseñar”, pues además afirma que los jóvenes actualmente llegan a la universidad con bases muy precarias en cuanto a historia colombiana se refiere.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué tan importante es saber hoy de historia?
PADRE FERNÁN GONZÁLEZ: La formación histórica prácticamente dejó de existir, entonces el posacuerdo o el pos conflicto creo que es un momento muy bueno para mirar un poco el trasfondo histórico de los problemas. Colombia tiene una historia larga en conflictos, pero también tiene una larga historia de voces. Me parece muy importante que la gente sea consciente de que los problemas tienen una raíz histórica en la manera de cómo se construyó la sociedad y el estado colombiano, es fundamental que la gente tenga conciencia de sus orígenes, el papel que jugaban los partidos políticos en la construcción del Estado, incluso los problemas de la Iglesia con el partido liberal y que la gente descubra ese trasfondo histórico de los problemas del país actual porque uno encuentra chicos de la universidad que no tienen absolutamente idea y creen que el mundo comenzó ayer, los recuerdos son prácticamente la toma del Palacio de Justicia, la Constitución del 91 y no tienen idea de qué fue lo que pasó en las guerras civiles o en las guerras de independencia, etc., cuando son hechos tan trascendentales que se deben conocer.
Para entender el conflicto actual hay que ver las raíces históricas del conflicto. La historia del conflicto armado es una historia de larga duración y una mirada histórica permite ver de una manera más compleja, entender un poco lo que pasó y superar la polarización.
ENS: ¿Cuál es la diferencia entre la cátedra de ciencias sociales y la de historia?
PFG: En la cátedra de ciencias sociales entraba todo: era un poco de algo de historia, algo de geografía, algo de cívica, algo de constituciones, casi de hecho ambientales, de cultura; era prácticamente la mezcla orgánica de cosas y dependía mucho de los profesores que le daban énfasis a una cosa u otra, entonces en algunos casos hubo profesores que hicieron un buen trabajo, pero para nosotros el problema es que lo fundamental es mirar que todas esas ciencias sociales giren en torno a la historia, a cómo se construyó el país, las naciones, el Estado y que el Estado y la política tiene una historia, y en torno a eso se puede hablar de cuestiones de sociología, de cultura, de antropología y de ciudadanía, pero siempre teniendo en cuenta que hay un proceso histórico que explica todo eso y además le da sentido.
La historia explica por qué la gente se comporta de determinada manera, explica la diversidad étnica, racial, religiosa, regional y cómo se construye un país a través de diferentes regiones, cómo se va articulando un país y eso le da un sentido al enfoque bonito, al enfoque normativo, a los enfoques de minorías étnicas porque la historia es un hilo conductor de interpretación de sentidos que es fundamental y tiene que ser el eje conductor de todo ese enfoque de ciencias sociales.
ENS: ¿Cómo se comportan los jóvenes frente a la historia?
PFG: La generación de jóvenes tiene que ser consciente de que sus problemas tienen una raíz absoluta y que la solución tiene que ver con los problemas del país. En mis clases encuentro bastante receptividad de los muchachos, no es que sean ni pasivos ni desinteresados con la historia, realmente cuando uno les enseña una historia bien contada más bien les encuentra entusiasmo, entonces la gente joven es muy receptiva a las nuevas miradas y a los nuevos enfoques de la historia dentro de mi experiencia como profesor.
ENS: ¿Cree que haber eliminado esta materia hace más de 20 años encaminó a los jóvenes a un analfabetismo en cuanto a historia se refiere?
PFG: La idea inicial no era tan mala, pero el problema es que la historia se fue desdibujando a través de los currículos quedando prácticamente en un apéndice y se desdibujó mucho la enseñanza. Creo que no se abandonó del todo, sino que quedó un poco subsumida en asuntos sociales, quedó algo vertida en el conjunto. Lo que encuentro en la enseñanza en la universidad es que la gente llega muy mal formada en historia, con una cantidad de ideas un poco confusas, no hay una compresión clara del proceso histórico colombiano y aunque tienen algún conocimiento es un poco elemental. Una de las cosas que ha pasado durante estos 30 o 40 años es que la historiografía colombiana ha musitado mucho sus enfoques porque la investigación histórica ha avanzado en muchos aspectos como la guerra civil.
La historia ha venido progresando en todos estos años y la enseñanza de la historia no ha tenido en cuenta los avances de historiografía reciente ni los enfoques, sino que ha contado un cuento más o menos inorgánico. Los chicos llegan a la universidad con una serie de conocimiento muy precario de la historia colombiana, bastante precario.
ENS: ¿Qué posición tiene la Academia Colombiana de Historia frente al proyecto de ley?
PFG: En el pasado, supuestamente en teoría la Academia de Historia era constructora oficial, después se fue desdibujando y ahora ha habido movimientos muy fuertes liderados por la academia para volver a meter en el currículo así que prácticamente el proyecto no se debe solamente a la senadora Viviane Morales, intervino mucha otra gente y varios parlamentarios apoyaron muchos proyectos, entonces la academia desde hace mucho rato viene pintando esa idea de volver la historia una asignatura central en la formación del ciudadano y del país. El problema para mí es cómo va a ser la enseñanza de la historia a futuro, creo que la nueva ley le plantea un desafío no solamente a la Academia Colombiana de Historia, sino a la academia en general: la enseñanza en las universidades o en los colegios es un desafío para saber qué tipo de historia se va a enseñar y cómo se va a enseñar.
ENS: ¿Qué fomenta la historia?
PFG: La historia da una dimensión de sentido a la experiencia vivida por los años. Historia es cuando usted tiene un marco explicativo general que le da sentido a esos hechos y es un sentido a lo que hemos vivido en la sociedad colombiana en los últimos años, de todas maneras, es un diálogo entre el presente y el pasado. El país contrasta mucho con los países vecinos mezclando la experiencia de guerra civil, pero también una vida democrática bastante sólida. La historia da la explicación del por qué se da esa combinación tan extraña y paradójica colombiana de orden y violencia y así sucesivamente muchos otros problemas.
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