El investigador israelí Daniel Shechtman fue galardonado este miércoles con el Premio Nobel de Química 2011 por haber descubierto en 1982 la existencia de los cuasicristales, un nuevo tipo de material que desafiaba los conocimientos científicos de esa época.
"¡Algo así no puede existir!", exclamó este químico, que actualmente tiene 70 años, la mañana del 8 de abril de 1982 cuando examinaba en el microscopio electrónico una extraña aleación de aluminio y de manganeso.
La estructura de los átomos que tenía delante de sus ojos iba en contra de toda lógica: círculos concéntricos compuestos cada uno por diez puntos brillantes separados exactamente por la misma distancia.
Una "simetría de orden 10" completamente incompatible con los conocimientos científicos de entonces, según los cuales los cristales sólo podían tener simetrías de orden 2, 3, 4 o 6, porque en caso contrario se formaría un imposible caos con átomos que chocarían los unos contra los otros, explicó a la prensa Sven Liden, miembro del Comité Nobel para la química.
Lo más asombroso todavía fue que el material observado por Shechtman estaba constituido por un orden regular, siguiendo las reglas matemáticas como las de los cristales clásicos, y su estructura no se repetía nunca, como tampoco ocurría en estos últimos.
Eran "los mosaicos del mundo árabe reproducidos al nivel de los átomos: una forma regular que no se repite nunca", resume el Comité Nobel. El hallazgo del investigador israelí, entonces integrante de una comisión de servicio de un laboratorio estadounidense, suscitó la incomprensión y la reprobación de sus colegas a tal punto que le pidieron que abandonase su unidad de investigación.
El director del laboratorio llegó incluso a darle un manual de cristalografía sugiriéndole que lo estudiara, recuerda en una entrevista con su universidad de Israel, el Instituto de Tecnología de Haifa. "Le contesté: 'no necesito leerlo, sé que es imposible, pero ahí está, delante de mí'", explicaba el investigador.
Uno de los críticos más virulentos de este descubrimiento fue Linus Pauling, ganador del Nobel de Química en 1954. Diez años más tarde, y después de muchas confirmaciones experimentales, la comunidad científica avaló su descubrimiento. En su hermoso desquite, Shechtman "acababa de reescribir el primer capítulo de los manuales sobre los sólidos", según Sven Liden. "Estoy emocionado", se limitó a decir el investigador este miércoles durante una breve entrevista en la radio pública israelí.
"El Premio Nobel de Química 2011 modificó fundamentalmente la concepción de un sólido para los químicos", que desde entonces sintetizaron cientos de cuasicristales en sus laboratorios. A mediados de 2009, los científicos descubrieron por primera vez una forma "natural" de cuasicristal en un río de Rusia, un mineral compuesto de aluminio, cobre y hierro. Estos materiales son muy duros pero pueden romperse con gran facilidad, además de ser grandes aislantes térmicos y malos conductores de la electricidad, lo que permite numerosas aplicaciones industriales.
El acero con cuasicristales forma parte ya de las cuchillas y de las finas agujas para la cirugía ocular. Este nuevo tipo de material apasiona no sólo a los químicos sino también a los matemáticos, ya que su estructura se rige por el "número de oro", como ocurre con los mosaicos áarabo-andaluces u otras formas estéticas antiguas. El premio está dotado con 10 millones de coronas suecas, o sea aproximadamente un millón de euros.
AFP