Miles y miles de personas recibieron al Pontífice y lo acompañaron en su recorrido de 15 kilómetros desde el aeropuerto Eldorado hasta la Nunciatura Apostólica donde descansó su primera noche
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A las 4.30 de la tarde, como estaba previsto, el avión de Alitalia que transportaba al Papa Francisco, se detuvo en la pista del aeropuerto de Catam, sobre una alfombra roja.
Allí en la escalinata del avión, Francisco fue recibido por el Presidente Juan Manuel Santos y su esposa María Clemencia Rodríguez, así como el delegado del Vaticano en Bogotá Monseñor Ettore Balestrero.
Lentamente pero sin pausa, Francisco comenzó sonriente su recorrido saludando al cuerpo diplomático, a los ministros y luego a una fila de niños vestidos de blanco que lo abrazaron efusivamente.
Luego de este encuentro, el Papa sosteniendo su solideo que amenazaba con escapársele de la cabeza por el viento de la sabana, saludó a un numeroso grupo de personas discapacitadas, entre los que sobresalían militares en sillas de ruedas afectados por la guerra.
En el papamóvil
Ya con rapidez y sobre las 4 y 56 de la tarde, el papa Francisco subió al papamóvil para comenzar su recorrido de 15 kilómetros que lo llevaría en medio de un rio de gente hacia la Nunciatura Apostólica, casi sobre el centro de la ciudad. Las autoridades calculan que salieron entre 600 mil y 800 mil personas a las calles.
El vehículo blanco, precedido por decenas de policías en motocicletas, tomó luego la Avenida Eldorado. Durante el trayecto, miles y miles de personas, bogotanos, provincianos y turistas, que habían llegado desde bien temprano en su romería hacia la calle 26 de la capital y tomar un lugar privilegiado pudieron ver en persona al Papa, lo saludaron con gritos, banderas y pañuelos blancos.
Así se vivió el momento previo a la llegada del Papa en la calle 26. EL NUEVO SIGLO estuvo con las personas.
#BienvenidoPapa
— EL NUEVO SIGLO (@ElNuevoSiglo) 6 de septiembre de 2017
A esta hora conversamos con la gente que espera el paso del #PapaFrancisco https://t.co/UWyzfeNCiW
Este fue el caso de Rodrigo Arcila, un mecánico que ayer prefirió dejar su labor para ver con sus propios ojos la figura de Francisco. “No todos los días tiene uno la oportunidad de ver a un Papa y menos a Francisco”, sostuvo el hombre ubicado en cercanías al monumento de los Reyes Católicos, sobre la avenida Eldorado pero al nivel de la carrera 102.
Arcila, como miles de ciudadanos, salieron al recibimiento de Francisco sin importar el inclemente sol que a desde la mañana y hasta bien entrada la tarde abrigó las calles capitalinas.
A estos peregrinos improvisados no les importó las medidas que los 3.000 policías implantaron en la avenida con sus cordones de seguridad y que impedían que los ciudadanos se atravesaran de carril en carril por la amplia avenida.
Durante el recorrido, que las autoridades habían determinado que se haría por el carril central para que la gente no pudiera estar demasiado cerca del Papamóvil, la gente rompió las barreras de seguridad instaladas en el carril sur hasta llegar a la calzada central donde pudieron apreciar con toda nitidez la figura de Francisco.
En momentos en que llegaba el papa Francisco, justo en el hotel Habitel se encontraba el expresidente Álvaro Uribe y la bancada del Centro Democrático, quienes salieron a la calle 26 a recibirlo con una pancarta que decía, “bienvenido Su Santidad”.
El exmandatario anotó al aterrizar el Papa que “estamos tan emocionados compartir con tanto ciudadano en las calles de Bogotá para que Su Santidad el papa Francisco nos bendiga”.
Se espera que el expresidente Álvaro Uribe asista a la misa en el Olaya Herrera en Medellín, luego de que recibió al Papa Francisco viajo a la ciudad de Cartagena.
Oportunidades
A medida que la caravana del Papa se fue adentrando en la ciudad, por la calzada sur fue acompañado por un gran número de jóvenes montados en bicicletas. Ellos fueron los privilegiados ya que pudieron permanecer durante un mayor tiempo haciendo el recorrido casi a la misma velocidad del Papamóvil.
A los bordes de las calles y avenidas, cientos de vendedores ambulantes hacían su agosto ofreciendo pequeñas banderitas con la figura del Papa desde $1.000 la unidad. Otros vendían empanadas con gaseosa para que los fieles se alimentaran y pudieran aguantar por horas el paso de la comitiva del Pontífice a bordo del Papamóvil.
Desde muy temprano y debido a los comunicados emitidos por televisión y radio sobre los cierres en la calle 26 y las vías aledañas a ésta, se notó un bajo movimiento de vehículos, muy inferior a lo habitual en esta concurrida avenida.
“Parece que fuera domingo o un festivo, hoy la 26 está muy tranquila y los vehículos pueden transitar sin los constantes trancones”, señaló un conductor de un bus de servicio privado.
Efectivamente, también numerosas empresas organizaron la jornada laboral para que sus empleados pudieran salir temprano, esto facilitó que en los alrededores de la avenida por donde transitó el Papa, no se presentaran aglomeraciones.
Los tumultos de gente se vieron a medida que se acercaba la hora de llegada del Papa, sobre las 4:40 de la tarde. Casi todas las personas querían tener un lugar de privilegio para poder presenciar al Papa en su Papamóvil.
Otra nota que despertó la atención de los bogotanos fue que en muchos edificios altos sobresalía la figura de un soldado o policía con una potente arma con visor. Efectivamente se trataba de personal de seguridad que se instaló estratégicamente para prevenir o intervenir ante algún hecho violento.
Otro elemento que se vio tanto en casas como edificios ubicados a todo lo largo de la avenida, fueron pancartas que daban la bienvenida a Francisco.
En alguna de ellas se leía "Bienvenido papa Francisco. Es un honor tenerte en Bogotá".
Se desbordó
El momento de más tensión para las autoridades y el esquema de seguridad proveniente del Vaticano se produjo sobre las 5:30 de la tarde por el desbordamiento de la multitud en la zona de la avenida Eldorado con carrera 30, en donde rompiendo las barreras de contención se fue cerrando al punto que llegó un momento en que el Papamóvil quedó detenido por cerca de un minuto.
Contrastando con el visible nerviosismo de los hombres de seguridad, que se bajaron y se apostaron a lado y lado del vehículo, Francisco no paraba de sonreír y saludar a la fervorosa multitud.
Finalmente, la caravana pudo abrir camino y a paso raudo cubrió el último tramo del extenso recorrido que finalizó en la Nunciatura Apostólica, en pleno centro de la capital de la República.
Antes de ingresar a la edificación, que es la sede del Vaticano en Bogotá, el papa Francisco hizo un llamado a no cejar en el empeño de la paz y la reconciliación.
A pesar del visible cansancio del jerarca de la Iglesia Católica por el extenso viaje desde Roma y el posterior recorrido de la caravana hasta el centro de Bogotá, el Sumo Pontífice escuchó las palabras de esperanza de un grupo de jóvenes del Idipron, algunos de ellos provenientes del Bronx, que han atravesado varias etapas de recuperación tras vivir en la calle y ser presa de la drogadicción.
Textualmente Francisco les dijo “Muchas gracias por el esfuerzo que han hecho… Eso se llama heroísmo… Sigan adelante siempre, no se dejen vencer, no se dejen engañar” Así saludó a los jóvenes y demás personas que lo esperaron con vivas y música en la entrada de la Nunciatura.
Rezó un Ave María… Y un grupo de jóvenes, en las voces de Angie y Ferney, recuperados del mundo de las calles y las drogas, saludaron emocionados al Santo Padre, a quien pidieron que tuviera en cuenta al sacerdote Javier De Nicoló (Q.E.P.D.) como futuro santo de la Iglesia en Colombia.
Uno de los regalos entregados por estos jóvenes fue una ruana, que el Papa se puso inmediatamente.
Y volvió a repetir: “No se dejen robar la alegría y la esperanza”. Concluyó pidiendo el favor que el mundo le ha escuchado desde el primer día de su pontificado: “Oren por mí”.
Música
Cuando el papa Francisco arribó al aeropuerto de Catam, fue recibido no solo por el presidente Juan Manuel Santos, sino por el ritmo de cumbias que ofreció la Sinfónica Nacional y el Coro de la Ópera de Colombia, que acompañados por grandes agrupaciones de danzas folclóricas, hicieron parte del comité de bienvenida al Sumo Pontífice.
La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, bajo la dirección del maestro Alejandro Rocca, junto con el Coro de la Ópera de Colombia, dirigido por Luis Díaz Herodier, así como dos grupos de danzas tradicionales, estuvieron interpretando piezas musicales previo al arribo del Sumo Pontífice. La Sinfónica interpretó temas de Giuseppe Verdi, Gioachino Rossini y Wolfgang Amadeus Mozart.
Una vez el papa Francisco tocó tierra colombiana, la Sinfónica interpretó el coro inicial de ‘Gloria’ de Antonio Vivaldi, la Marcha triunfal de ‘Tarpeja’ y el Aleluya de ‘Cristo en el Monte de los Olivos’, de Ludwig van Beethoven.
Además, se escucharon diversos clásicos de la música colombiana como ‘Yo me llamo Cumbia’, de Mario Gareña; ‘Acuarela’, de Adolfo Mejía; ‘Carmentea’, de Miguel Ángel Martín, y ‘Tolú’ de Lucho Bermúdez, interpretación que estuvo acompañada con los grupos de baile Jocaycú, dirigido por Joaquín Labrada, y la compañía Herencia Viva, dirigida por Mónica Mercado.
La paloma de Emmanuel
Emmanuel, el hijo de Clara López, le entregó al Pontífice una paloma de la paz con ilustraciones de orquídeas, la flor nacional.
Su Santidad Francisco, con una sonrisa en su rostro tomó la paloma entre sus dos manos en señal de protección y enseguida estrechó la mano de Emmanuel.
Visiblemente emocionado por el encuentro, Emmanuel señaló que “no se puede describir con palabras” el sentimiento que lo embargó durante los pocos minutos que dialogó con el papa Francisco, quien lo saludó con un cálido “Hola”.
El 23 de febrero de 2002 Clara Rojas, hoy representante a la Cámara por el partido Liberal, fue secuestrada por las Farc cuando viajaba a San Vicente del Caguán como parte de la comitiva de la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt. Tenía 38 años.
En el 2004 tuvo un hijo en la selva en condiciones extremas que casi le causaron la muerte a los dos y se lo arrancaron de los brazos siendo todavía un bebé. El 10 de enero del 2008, seis años después, la liberaron y pudo ver de nuevo a Emmanuel, que entonces ya tenía tres años.
Ley seca
La administración distrital firmó el Decreto 466 de 2017, a través del cual se ordena la ley seca en algunas localidades de la ciudad, donde se concentrarán los eventos relacionados con la presencia del papa Francisco.
La medida incluye a Teusaquillo, Santa Fe y Candelaria, localidades donde no se podrá consumir bebidas alcohólicas en el espacio público ni en establecimientos comerciales, desde las 7:00 p.m. de ayer hasta las 7:00 p.m. del 7 de septiembre.
De igual forma, en esas zonas tampoco se podrá comercializar licor durante 24 horas.
El decreto establece además la prohibición de circulación de motocicletas con acompañante, así como la restricción del tránsito de vehículos de diferente tracción que transporten escombros, trasteos, cilindros de gas y artículos pirotécnicos.
La decisión se tomó en el Consejo Distrital de Seguridad tras atender las indicaciones impartidas por el equipo de seguridad del papa Francisco.
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