A no repetir la historia | El Nuevo Siglo
Jueves, 6 de Diciembre de 2012

Como lo decíamos el lunes, que no nos pase en La Habana lo que ya nos ocurrió en La Haya. El país debe estar con los ojos abiertos y las entendederas despiertas para impedir que la imaginaria e hipotética “República  Independiente de Caquetania” -el sueño verde de Tirofijo- termine imponiéndole al  pueblo soberano sus oscuros designios por cuenta de una precaria asesoría en la mesa de negociaciones.

 

No hay con quien.El equipo que representa al gobierno Santos, en La Habana, acusa serias falencias en tópicos tan inquietantes como estos: La ausencia total de expertos en Derecho Internacional, en Derecho Internacional Humanitario; en solución pacífica de conflictos; falta de conocedores en el tratamiento de víctimas y de prisioneros de guerra; en justicia transicional; en el manejo de figuras como la amnistía, el indulto, el perdón y olvido; el post-conflicto y el Estatuto de Roma.

 

Invocación tardía.Como después de ojo afuera no hay Santa Lucía que valga, lo expuesto en el segmento anterior nos lleva a advertir que el Gobierno no puede repetir el error cometido en La Haya, cuando se menospreció a un país pequeño, dejando al garete de dos excancilleres la defensa de los intereses estratégicos de Colombia.

 

Inventario.Las Farc constituyen una minoría alzada en armas durante medio siglo; ha cometido toda clase de ataques a la indefensa población civil; llegó debilitada a la mesa, en la isla, pero lentamente, al calor de los reflectores y de las encuestas, ha tratado de lavar su cara ante la comunidad internacional a la que ahora le pide elevar el conflicto a “Convenio Especial”, según las normas de Ginebra, para ir posteriormente por el reconocimiento de la Beligerancia, que tanto le seduce. Esta guerrilla es la misma que opina, sin sonrojarse, sobre el conflicto entre israelíes y palestinos, a través de su “canciller” holandesa. Mientras la canciller Holguín apoya a Israel, a nombre de Santos, la holandesa respalda a Palestina, a nombre de Timochenko. Y así nos siguen ganando la guerra, desde los tribunales de justicia por cuenta de los “oenegeros” de turno, y en tanto las Farc expiden paz y salvos morales, nuestro Ejército se arruina moralmente.

 

Recapitulemos. Las Farc fueron arrinconadas en la selva, gracias a la acción vigorosa del expresidente Uribe, quien al llegar al  poder el 7 de agosto de 2002 sufrió un atentado con misiles que mataron a humildes habitantes de la Calle del Cartucho y alcanzaron  a  impactar la fachada  del Capitolio. Luego se reinició la reconquista del territorio con la recuperación de 350 cabeceras municipales y de las comunicaciones fluviales y terrestres bajo control de los alzados en armas, alimentados con el combustible del narcotráfico. Las gentes tenían las ciudades por cárceles; el secuestro se convirtió en industria; fueron desechadas las denuncias del embajador Luis Alfonso Hoyos, en la OEA, por el contubernio de Chávez y la guerrilla, pero Santos prefirió al venezolano como su nuevo mejor amigo.