Crece la preocupación e indignación en el país por la muerte de niños por desnutrición. La ocurrencia de nuevos casos llevó a la Defensoría del Pueblo esta semana a extender las alertas por este fenómeno al departamento de Arauca, luego de que ya lo había hecho en La Guajira. El Gobierno ha señalado que es un problema estructural y que está tomando medidas puntuales.
Hay información que en el primer mes de este año murieron 10 niños por desnutrición en diferentes regiones, casos que ya está investigando el Instituto Nacional de Salud porque habría evidencia que además de la desnutrición, varios de estos menores padecían graves enfermedades.
Las muertes de estos niños, ocho de los cuales eran menores de un año, fueron reportadas en Bogotá, La Guajira, Santa Marta, Meta, Antioquia, Boyacá, Magdalena, Chocó y Vichada.
A estos casos se suma la muerte esta semana de dos infantes en Atlántico y una que se conoció ayer en La Guajira así como otra que se produjo el pasado 28 de enero de un niño en Arauca, según conoció una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo que se desplazó a esta última región, la cual fue informada también de la hospitalización de tres menores más, y el riesgo inminente para seis niños de un resguardo indígena.
Debido a ello, la Defensoría del Pueblo extendió las alertas por el fenómeno de la desnutrición infantil, agudizado durante la temporada de sequía que afecta a la mayor parte del territorio nacional.
“La misión enviada a terreno visitó el resguardo San José de Lipa de la comunidad indígena Hitnü, donde fue encontrado el padre del menor, quien dijo que no hay médicos en la zona y que pese a la construcción de dos puestos de salud en el área, estos no funcionan”, explicó la Defensoría.
En el sitio, donde la Defensoría del Pueblo fue acompañada por una enfermera de la IPS Sekeimo, que es la encargada de prestar sus servicios a esta población, se evidenciaron seis casos más de niños y niñas con dificultades por cuenta de patologías relacionadas con desnutrición crónica, erupciones cutáneas, conjuntivitis, neumonía, gastroenteritis y bronquitis, principalmente. Los menores fueron diagnosticados como pacientes en alto riesgo, razón por la cual la Defensoría gestionó su traslado inmediato al Hospital San Vicente de Arauca.
Precisamente, en el centro asistencial, la Defensoría ubicó a otros tres menores, todos con edades de primera infancia, afectados igualmente por problemas de desnutrición. Pero además del panorama de por sí complejo para estos niños, llamó la atención de la Defensoría el caso de las madres, pues se trata de jóvenes de 13 y 16 años, quienes también presentan problemas en su salud por la falta de acceso a una nutrición adecuada, a los servicios públicos fundamentales y de manera particular al sistema de salud.
En el caso de estos pacientes, la Defensoría del Pueblo verificó información según la cual la asistencia médica fue inicialmente negada debido a la falta de un documento de identidad para establecer la EPS a la cual estaban afiliados los pacientes.
Por esta razón, además de evaluar la atención clínica actual, de gestionar los traslados y de requerir a las autoridades territoriales para que garanticen los derechos fundamentales de la población indígena, la Defensoría “solicitó el concurso de la Superintendencia Nacional de Salud y de los organismos de control disciplinario y fiscal, para que revisen la destinación de las partidas presupuestales asignadas a este tema”.
La Guajira
El departamento de La Guajira ha sido el más afectado en el país por la muerte de niños por factores asociados a desnutrición. En el año 2015 se reportó el deceso de 37 niños; en el año 2014 la Defensoría dio cuenta de 43 casos, en tanto que en el año 2013 fueron 23 las muertes reportadas por las mismas causas.
De acuerdo con las comunidades que habitan esta región, en su mayoría de la etnia Wayúu, la situación podría ser mucho más grave porque "debido a las distancias y condiciones de abandono" muchos casos no son reportados.
La intensa sequía que ha golpeado especialmente a La Guajira en los tres últimos años ha agudizado el problema de la desnutrición infantil por la afectación de cultivos y la dificultad para el acceso a las fuentes de agua.
La población se ha quejado por la ayuda del Estado, que considera insuficiente; pero también hay factores culturales que dificultan la atención.
La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Cristina Plazas, ha señalado que “hemos encontrado niños que a pesar de estar afiliados a una EPS, no reciben atención médica porque sus padres no permiten que les garanticemos atención en salud”.
Los Wayúu le dan gran importancia a la medicina tradicional que han aprendido de generación en generación, en ese sentido en ocasiones tiene desconfianza de los médicos arijunas (no wayúu).
Explicación del Gobierno
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “la desnutrición crónica es un tema de ingreso, es un tema de empleo, es un tema de agua potable, es un tema de oportunidades”.
Por su parte, la directora del Departamento para la Prosperidad Social, Tatyana Orozco, dijo que 20 mil familias indígenas son atendidas en seguridad alimentaria. “Si en el año 2013 estábamos invirtiendo cerca de 3 mil millones de pesos; entre el año pasado y este se están invirtiendo cerca de 25 mil millones de pesos en seguridad alimentaria. Tenemos cerca de 222 pozos que están entrando a operación en todo el norte de La Guajira”.
Explicó que cerca de 11 entidades gubernamentales trabajan para mejorar las condiciones de vida de las familias indígenas en todo el país.
En tanto que el viceministro de Salud, Fernando Ruiz, dijo sobre las últimas muertes reportadas de niños que dos de los casos fue por problemas respiratorios.
La sequía que se ha extendido por cerca de tres años en La Guajira, ha azotado especialmente a los niños de los Wayúu.