Ayer, cuando se reiniciaron las sesiones en el Concejo, después de doce días de vacaciones de Semana Santa, los asistentes al debate de control político se encontraron con que se habían talado 26 árboles y la poda de 22 más que se encuentran sembrados en los jardines.
No fue un arboricidio, pues había riesgo de volcamiento en algunos casos, interferencia de las redes eléctricas y obstrucción de la visibilidad del circuito cerrado de televisión para la seguridad, distancias inadecuadas en el emplazamiento, lo que dificulta el crecimiento adecuado del bosque sano y particularmente de las especies nativas.
Y no fue un arboricidio porque la Secretaría Distrital de Ambiente, a través de su Dirección de Control Ambiental, emitió un concepto técnico en el que recomendó la tala de 26 árboles y la poda de 22 más, que se encuentran sembrados en los jardines del Concejo.
La decisión fue adoptada luego de realizar el correspondiente estudio que inició en 2011. Fue así como los ingenieros del Jardín Botánico de la ciudad ejecutaron la disposición de tala y poda de dichos árboles.
“El concepto técnico determinó que los árboles presentaban graves grados de inclinación y alturas excesivas que generaban riegos de volcamiento de las especies y afectación directa a las estructuras civiles de la edificación. Además, algunos interferían la visibilidad de las cámaras de seguridad”, explicó la presidenta del Concejo, María Clara Name Ramírez.
El Jardín Botánico taló especies como cerezos, acacias japonesas, palmas bayoneta, jazmín del cabo, holly liso y araucaria real. Sin embargo, dicha entidad se comprometió a plantar nuevos árboles de especies nativas, de porte bajo y raíces de poca profundidad que no afecten la estructura.