No hay riesgo por Bio- combusibles | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Agosto de 2012

La enorme controversia de que el país está al borde de disminuir su seguridad alimentaria porque cada día aumentan los cultivos de palma y de azúcar para la producción de combustibles, fue descartada de plano tanto por el Gobierno como por los sectores del biodiesel y el etanol.

El ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo Salazar garantizó que la política de producción de combustibles no pone en riesgo la seguridad alimentaria de los colombianos.

Informó que la ampliación en 200 mil hectáreas de la frontera agrícola del país destinada al cultivo de palma de aceitepara la producción de biodiesel y caña de azúcar, para etanol, se ha hecho afectando tierras de ganadería extensiva y no las utilizadas para la producción de alimentos.

La seguridad alimentaria de Colombia no está comprometida con la expansión de la frontera agrícola para los biocombustibles”, subrayó Restrepo Salazar en un comunicado de prensa.

Recordó el Ministro cómo el valor agregado de una hectárea de agricultura es 12.5 veces superior a la misma hectárea destinada a la ganadería extensiva.

Admitió que la política de los biocombustibles, que se montó sobre subsidios, sí tiene costos fiscales pero no es el factor que impulsa el precio de la gasolina.

“Achacar a la política de los biocombustibles el costo de la gasolina, no es técnicamente correcto”, anotó Restrepo Salazar, en el informe de prensa.

El funcionario se mostró partidario de mantener los impuestos que pesan sobre la gasolina. Dijo que sería regresivo, fiscalmente, desmontarlos.

Sin temores

Por su parte, el presidente de Fedebiocombustibles, Jorge Bendeck, dijo que la seguridad alimentaria del país no está en riesgo en ningún momento por el aumento de los cultivos dedicados al biocombustibles como el diesel y el etanol.

“Ese es un temor que no se justifica en nuestro país. Aquí está muy delimitada la frontera agrícola destinada a los alimentos con la que se utiliza para la producción de aceites y combustibles, tanto los de palma africana para el diésel como los de azúcar para el etanol. En ese sentido aquí no hay riesgos de escasez”, sostuvo el directivo.

Al mismo tiempo, Bendeck recordó que muchas veces lo que se aprecia en diferentes ciudades es un desperdicio de muchos alimentos, que pueden servir a ancianos o niños. “Lo que de verdad a veces se presentan es que a veces faltan recursos para comprar los alimentos o en mejorar su distribución, pero lo de la seguridad alimentaria es un mito que sueltan cada vez que se analiza el incremento de la producción de biocombustibles”, sostuvo.

Por el TLC

Precisamente en el último congreso del sector realizado en Bucaramanga, el presidente Juan Manuel Santos afirmó que hay un nuevo producto colombiano cerca de Estados Unidos, se trata del biodiesel de palma que podrá ingresar al mercado norteamericano con cero aranceles gracias al TLC.
El jefe de Estado informó que este biocombustible está a punto de recibir la autorización de la oficina administradora de medicamentos y alimentos de Estados Unidos.

Si se llega a dar este ingreso, el país les ganaría de mano a los gigantes productores de aceite de palma como Malasia e Indonesia.

Por otro lado, muy pronto en el país se presentará un incremento en la mezcla de los combustibles. De acuerdo con los compromisos adquiridos en 2008, el Gobierno debería dar vía libre en 2013 a la mezcla de un 10% de biocombustibles con combustibles fósiles.

Mayor mezcla

El presidente Juan Manuel Santos, dijo que “estamos estudiando y tenemos intenciones de ver cómo podemos elevar ese porcentaje a niveles bastante más altos. Eso lo haremos siempre y cuando tengamos una política de precios que ofrezca los incentivos adecuados, sin imponer una carga excesivamente alta sobre los transportadores que utilizan diésel. Además, claro, tenemos que asegurarnos de que estas mezclas sean viables desde un punto de vista ambiental y técnico, para el parque automotor. Pero el hecho es que estamos trabajando en el tema. Creo que es uno donde la concertación es importantísima; tenemos que dar las señales correctas”, aseguró Santos.

En este sentido, Bendeck recordó que el Congreso aprobó leyes que permitieron el desarrollo de los biocombustibles con la intención de reducir la dependencia del petróleo y las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes, además de generar empleo rural justamente remunerado, pero no deprecio.

“Los biocombustibles siempre han aportado su ayuda al precio de los combustibles fósiles, en la medida en que las materias primas han bajado, como está ocurriendo con el etanol, cuya materia prima, el azúcar, ha bajado en casi un 25 por ciento su precio, afectando positivamente el valor de las mezclas”, anotó.

En el caso del biodiésel ha ocurrido lo mismo. Es importante para el colombiano del común saber que cada vez que compra su combustible, allí hay una pequeña porción que está dando empleo a más de 30 mil campesinos. Alrededor de 300 mil personas derivan sustento de los biocombustibles en Colombia y 600 mil de la palmicultura, manifestó.

En la actualidad, el porcentaje de mezcla con biodiesel ha llegado hasta un 8%, en promedio. De acuerdo al presidente de Fedebiocombustibles, “en Bogotá y los Llanos ese porcentaje es del 8 por ciento pero en otras partes del país ya se ha llegado al 10 por ciento”.

En los últimos cinco años, el sector palmero ha acrecentado su producción. Esto con el fin de apoyar la entrada de Colombia a la denominada era de las energías renovables sostenibles y para generar materia prima suficiente con la que se pueda producir el número de toneladas de biodiesel necesarias para enfrentar las bajas reservas de petróleo en el país, siendo ésta la fuente energética más empleada en Colombia (47,6%), seguida del gas natural. El biodiesel tiene una participación del 0,42% y el alcohol carburante del 1,68%.

Los ingresos

Frente al valor de los ingresos al productor y que los transportadores alegan que superan los 703 pesos por galón de biodiesel, afirmación hecha por el presidente de Colfecar Jaime Sorzano, Jorge Bendeck indica que el ingreso al productor de biodiesel es de 681 pesos, que corresponden al 7 por ciento del valor total del galón que fijó el Ministerio de Minas y Energía para el mes de julio de 2012, valor que al restarle el del 7 por ciento del diésel reemplazado, queda con un neto de mayor valor de 314 pesos que, gracias a la exención al consumidor, es lo que al final, como se puede comprobar… se reduce a solo 14,19 pesos por galón, lo cual es muy inferior a los 703 pesos por galón que argumenta el doctor Sorzano”.

En una carta enviada a este Diario, Bendeck dice que “el mayor valor de 14,99 pesos por galón, es compensado suficientemente por la mayor lubricidad dada por el biodiesel, alargando la vida del motor, de otra manera, habría que agregarle aditivos mucho más costosos que el consumidor tendría que pagar. Asimismo, por la mejor combustión debida al mayor número de cetano del biodiesel, así como por la significativa reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera respirable, en especial la del material particulado, que afecta la salud pública”.

Con el 41% de su producción y 168.200 hectáreas de palma de aceite dedicadas a suplir las necesidades de la industria del biodiesel en Colombia, los palmeros del país han podido abastecer con aceite a seis plantas de biodiesel que tienen una capacidad total de 506.000 toneladas al año.

Además se están preparando para atender una oferta de 45.000 toneladas de combustible ecológico, debido a la entrada en operación de otras dos plantas antes de terminar el primer semestre de este año, las cuales tienen una inversión del orden de los $40.000 millones por parte de los industriales e involucran el equivalente de 11.500 hectáreas de palma y, sin el costo de la tierra, recursos adicionales por $80 mil millones.

De esta manera, los actores de la cadena productiva del sector del agro combustible previeron una capacidad instalada adecuada para que en 2013 un transportador pudiera tanquear su camión con diésel mezclado con 10% de biodiesel.

 

Nuevo modelo de producción

La compañía Refuse Delivered Fuel –RDF- del grupo hispano-coreano Nanotec Oliver Industrias a través de un convenio con la alcaldía de Toluviejo instaló en el relleno sanitario de ese municipio la más avanzada industria nanotecnológica de reciclaje de residuos sólidos urbanos.
La planta, que según la compañía es pionera en el país, es capaz de descontaminar sin producir ninguna emisión nociva líquida o gaseosa, lo que la convierte en totalmente ecológica y medio ambiental de acuerdo con lo establecido en el protocolo de Kyoto (Japón).

Además de descontaminar, la planta, de fabricación coreana y traída desde Cádiz (España), puede producir un biocombustible (briquetas) mucho más rentable que cualquier otro convencional.

De acuerdo con Vicente José Ferrer de Pellicer, director General de RDF para Iberoamérica, la planta empleará inicialmente unas 100 personas en forma directa con sueldos superiores a 800 mil pesos y todas las prestaciones sociales.

Agregó que “nuestro plan no es solo instalar una empresa más, sino implementar un nuevo modelo de progreso en la zona, de desarrollo industrial y paralelamente social y económico”.

El convenio con la alcaldía de Toluviejo contempla que la compañía invierta en el primer año de operación unos 400 mil dólares en programas sociales y para el segundo año tres por ciento de las utilidades netas con el mismo propósito.

La llegada de la planta a Toluviejo fue recibida con festejos que incluyeron una banda de música papayera que con varios lugareños la esperaron en el corregimiento Macaján para acompañarla en los pesados camiones hasta el relleno sanitario.

 

Otra planta de diesel

En un mes empezarán a ejecutarse las obras civiles de la planta extractora de aceite de palma africana, la cual estará ubicada en el corregimiento Campo Dos, en Tibú (Norte de Santander), y cuyo montaje tardará, aproximadamente, un año.

El proyecto hace parte de las estrategias de expansión del cultivo de palma africana de la Promotora Hacienda las Flores, el principal socio comercial de los palmicultores del Catatumbo, que dispone de un presupuesto de 25 mil millones de pesos, financiados a través de créditos bancarios, para el montaje de la factoría, la primera que funcionará en el departamento.

“El sector bancario privado está muy deseoso de financiar la planta, en la que nosotros pondremos el 40% y el 60% se va a financiar”, dijo Carlos Murgas Guerrero, presidente de la extractora Catatumbo.

El programa productivo agrupa 14 asociaciones de cultivadores, de las que se benefician cerca de 1,9 mil familias de Norte de Santander, donde existe un total de 17 mil hectáreas sembradas.

La planta estará ubicada en un terreno de 20 hectáreas y vinculará en su primera etapa a 75 trabajadores directos.

“En la medida en que la producción agrícola vaya en aumento y pase de 12,6 mil a 50 mil hectáreas, en cinco años se consideraría la construcción de una segunda planta, una refinería y una planta de biodiésel”, anunció Murgas Guerrero.

Según los cálculos, la extractora permitirá obtener 24% por cada tonelada de fruta y producir 25 mil toneladas de aceite de palma mensuales, los cuales serán empleados para la producción de biodiésel y comestibles para el consumo del mercado nacional.