El gobierno francés afirmó que está "decidido" a prohibir el cultivo de maíz transgénico, pese a que los senadores rechazaron el lunes un proyecto de ley que preveía esa prohibición antes de la época de siembra.
El Senado rechazó por sólo dos votos de diferencia el proyecto presentado por el gobernante Partido Socialista (PS). El resultado causó sospresa, dado que la izquierda cuenta con mayoría en la cámara alta.
El proyecto rechazado preveía prohibir el cultivo en Francia del maíz MON810 (de la transnacional Monsanto) y del TC1507 (Pioneer-Dupont), que la Unión Europea (UE) podría autorizar.
Ese voto "nos retrasa un poco", pero "no hace mella en nuestra determinación de prohibir en Francia los OGM" (organismos genéticamente modificados), proclamó el ministro de Ecología, Philippe Martin.
Martin adelantó que se presentará ante los diputados un nuevo proyecto de ley que prohíbe el cultivo de maíz transgénico, con el fin de que sea examinado en abril, "antes de la siembra".
El jefe de la bancada socialista en la cámara baja, Bruno Le Roux, anunció la presentación de un proyecto de ley "sobre la prohibición de cultivar maíz genéticamente modificado MON810" de la empresa Monsanto, el único transgénico que se cultiva actualmente en la Unión Europea (UE).
Además, el gobierno promulgará un decreto que prohibirá cultivar este maíz antes de "mediados de marzo", para llenar el vacío jurídico hasta que se vote la ley, afirmó el ministro de Agricultura Stephane Le Foll a la prensa.
La Asociación Francesa de Biotecnologías Vegetales (AFBV), favorable a los transgénicos, criticóla política "retrógrada" del gobierno.
En agosto pasado, tras años de prohibición, el Consejo de Estado, la jurisdicción administrativa francesa de mayor jerarquía, anuló la prohibición de cultivar el MON810, por considerarla incompatible con la legislación de la UE.
Inmediatamente después, el gobierno del presidente François Hollande indicó que encontraría otro medio jurídico para prolongar la prohibición.
"Habrá una prolongación de la moratoria", declaró en ese momento el propio Hollande, aunque admitió que era necesario "garantizar jurídicamente esa decisión a nivel nacional y sobre todo a nivel europeo".
"¿Por qué hemos decretado una moratoria sobre los OGM? No porque estemos contra el progreso, sino en nombre del progreso. Nosotros no podemos aceptar que un producto, un maíz, pueda tener consecuencias desfavorables sobre las otras producciones", había estimado el jefe de Estado.
El lunes, el ministro Le Foll había afirmado desde Bruselas que Francia quiere volver a tener la última palabra en la autorización de cultivos transgénicos sobre su territorio.
Francia quiere modificar una propuesta de la Comisión Europea para ampliar y consolidar los motivos por los que un Estado miembro puede negarse a cultivar un OGM en su territorio, si lo autoriza Bruselas.
Francia quiere que cada empresa productora de OGM "solicite a cada Estado una autorización para cultivarlos", precisó el ministro de Agricultura.