Durante la temporada de fin de año es habitual que se programen paseos familiares a diferentes regiones del país, especialmente a aquellas que ofrecen un clima cálido o tropical. No tomar las precauciones necesarias puede generar diferentes afectaciones que terminarán arruinado los planes vacacionales.
El sol, los alimentos y el clima son tal vez los principales factores que hay que tener presentes para evitar enfermedades o afectaciones, especialmente en los niños. En ese sentido, las vacunas también se convierten en un elemento trascendentales de prevención, principalmente si el viaje tiene como destino lugares con climas tropicales o de lluvia.
Según Yinandi Ordóñez Gómez, enfermera especialista adscrita a Colsanitas, “Para evitar que las vacaciones se dañen por motivos de salud, es importante tomar ciertas precauciones. Vacunas para prevenir infecciones transmitidas por mosquitos, y cuidados tanto con el sol como con la alimentación deben ser tomados en cuenta con atención”. A continuación cinco consejos para prevenir enfermedades si va de viaje:
1. Atención a las enfermedades transmitidas por vectores: en lugares con altura inferior a los 2200 metros sobre el nivel mar, donde el clima es más cálido, se presentan enfermedades que transmiten vectores como el mosquitos Aedes aegypti, portador del virus del dengue, zika y chikunguña.
Es posible evitar la infección con alguno de esos virus. En los paseos y salidas a lugares cálidos no deje desechos y recipientes donde se pueden crear las condiciones para que prolifere el mosquito. Asimismo, en territorios de clima caliente, mantenga tapado los lugares y recipientes donde se almacena agua, y lave y cepille semanalmente los tanques y albercas, entre otros. También es fundamental aplicarse repelente para insectos.
2. Cuidar la alimentación: la intoxicación por el consumo de alimentos en mal estado y agua no potable es una de las situaciones más comunes en vacaciones. No se debe olvidar el lavado de las frutas y verduras antes de consumirlas, así como asegurarse que estén bien cocidos los alimentos. Además evite el pescado preparado en ceviche, pues con solo el limón no se eliminan ciertas bacterias que causan infecciones gastrointestinales.
Al comer fuera de casa, escoja lugares que brinden seguridad en las preparaciones de los alimentos, así como de sus ingredientes en caso que tenga predisposición a alguno de ellos.
3. Tomar el sol con precaución: no solamente en los destinos de playa se reciben más los rayos solares; en época de vacaciones se practican más actividades al aire libre sin importar cuál sea el clima.
Use sombrero o gorra, gafas, ropa apropiada y bloqueador solar de un factor de protección superior a 30 FPS, sin olvidar reforzar su aplicación cada cuatro horas. También evite tomar el sol en las horas donde es más intenso: entre las 9 de la mañana y las cuatro de la tarde. Exponerse por largo tiempo a los rayos solares sin protección puede provocar una insolación, y a la vez aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Tenga presente también que en los lugares que están a alturas superiores a los 2200 m sobre el nivel del mar, los rayos del sol son más intensos.
4 Pendiente si viaja con niños: los niños son susceptibles a los cambios de clima y a la ingesta de alimentos en mal estado. Recuerde que las vacaciones de fin de año coinciden con la llegada de temperaturas más altas al país, lo cual contribuye a la aparición de los virus que producen la infección gastrointestinal, especialmente el rotavirus.
La infección gastrointestinal es una enfermedad prevalente en la infancia, sin embargo, se pueden evitar los factores de riesgo de contraer el virus si mantiene un buen lavado de manos, lavado de las frutas y verduras que los niños consumen y evitar la exposición de los niños con personas infectadas.
5. Vacunas: si las vacaciones tienen un destino internacional, es probable que para ingresar a ciertos países sea necesaria la vacuna contra la malaria o la fiebre amarilla. Solicite con antelación la información sobre la vacuna para que tenga tiempo de aplicarse las dosis necesarias para inmunizar contra ciertas enfermedades infecciosas.