Mientras el equipo de Colombia se prepara para su intervención final el viernes, ayer Nicaragua concluyó la segunda ronda de presentación de su caso ante la Corte Internacional de Justicia, de La Haya.
El agente de Colombia, el excanciller Julio Londoño, señaló, al conocer la última intervención de Nicaragua, que “no dijo nada nuevo; se limitó a reiterar sus argumentos para confundir a la Corte con un caso de soberanía que saben perdido para tratar de mejorar sus otras aspiraciones”.
Al iniciarse la segunda ronda de las audiencias públicas, Londoño indicó que “llegamos a la etapa final del pleito que Nicaragua instauró contra Colombia con la convicción de que la historia y el derecho están de nuestro lado”.
El viernes interviene Colombia concluyéndose la fase de audiencias públicas en el proceso legal instaurado por Nicaragua contra Colombia sobre soberanía territorial y la delimitación marítima. Aunque depende de la agenda y casos ante la Corte se estima que antes de concluir el año habría un fallo.
Ayer, Nicaragua le pidió a la Corte que busque una solución "equitativa" en el reparto de las zonas económicas fronterizas con Colombia situadas a 200 millas desde la costa.
Así lo solicitó en sus conclusiones finales, el miembro de la delegación de Managua, Carlos Argüello, quien pidió a los magistrados que "enderecen la justicia" a este respecto.
Esta postura contrasta con la de Colombia, que la semana pasada argumentó que "no hay necesidad de limitar las zonas marítimas" entre ambos países.
La semana pasada, durante la primera ronda, Nicaragua pese a que reconoció la existencia del Tratado Esguerra-Bárcenas, que otorgó la soberanía de Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, dijo que éste no fijó los límites marítimos.
Los nicaragüenses pretenden que la delimitación, que es el tema en discusión ahora en la Corte, se haga entre las costas de ambos países y no entre su plataforma continental y el archipiélago como ha venido sosteniendo Colombia.
Los abogados defensores de Colombia aseguraron que la soberanía que ostenta el país en San Andrés y sus territorios es “un hecho reconocido” histórica y legalmente.
“La postura de Nicaragua es una auténtica violación de un reconocimiento sólido” de la soberanía colombiana de la zona en conflicto, subrayó el experto en derecho internacional Marcelo Cohen.
El viernes, luego de la última intervención colombiana, empezará la deliberación de los jueces de la Corte, cuyo fallo que podría durar meses.
Nicaragua disputa a Colombia la delimitación marítima y de zonas de interés económico en el mar, lo que incluye la pugna por la soberanía del archipiélago San Andrés, que comprende los cayos de Roncador, Quitasueño, Serrana, Serranilla, Bajo Nuevo, Alburquerque, Cayos Este Sudeste y todas las áreas marítimas que le corresponden.
Colombia argumentó que la soberanía del archipiélago no puede ponerse en disputa porque el conflicto ya se resolvió en 1928 con la firma de tratado Bárcenas-Esguerra, que ratificó, según Bogotá, la soberanía colombiana sobre San Andrés.
Nicaragua defendió durante su primer turno de palabra la nulidad del tratado de 1928 sobre el dominio colombiano pasado de San Andrés, dado que el país se encontraba bajo ocupación de Estados Unidos.