Miles de nicaragüenses celebran este viernes el 34 aniversario del triunfo de la revolución sandinista, mientras la oposición redobla las críticas al gobierno por el derroche de gastos en un país golpeado por la pobreza, el desempleo y el alto costo de la vida.
"Me sube la bilirrubina" del dominicano Juan Luis Guerra, suena de pronto en los parlantes y pone a bailar a muchos que llegaron temprano a la Plaza La Fe Juan Pablo II, donde al anochecer el presidente Daniel Ortega debe ser el orador principal de la celebración.
Ya no se escucha la música testimonial o de protesta de otros tiempos, uno de los tantos cambios de esta fiesta que durante 34 años congrega a los nicaragüenses para recordar la insurrección popular que derrocó al régimen dictatorial de Anastasio Somoza en 1979.
Cientos de miles de nicaraguenses, muchos de ellos empleados del gobierno o vecinos de barrios pobres que se benefician con los planes sociales del gobierno, avanzan a pie por la avenida Bolívar que remata en la plaza, frente al malecón.
"Esta fecha es algo grandioso que debemos recordar siempre", dijo María Gutiérrez, aunque resintió que ahora muchos que van a la plaza no vivieron la lucha contra la dictadura y no saben qué celebran.
"Celebramos el 34/19" responden muchos de los asistentes a la plaza, en su mayoría jóvenes, en alusión a la fraseología que utiliza la propaganda oficial para referirse a los 34 años de la gesta popular que culminó el 19 de Julio.
"La mayoría de los nicaragüenses no tiene un empleo digno; miles de empleados públicos son obligados a manifestarse a favor de la familia Ortega para no ser despedidos", aseguró un comunicado del disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS).
En la plataforma principal en la plaza, enormes árboles de metal con luces y una silueta del héroe nacionalista Augusto César Sandino, pantallas con propaganda oficial y parlantes, forman parte de la impresionante escenografía montada para este acto.
"Los parques, las calles, la plaza, la iluminación, todo lo que hemos dispuesto para la gran celebración está quedando bonito", dijo el jueves la portavoz de Gobierno, Rosario Murillo, quien supervisó personalmente los detalles de los trabajos, sin hacer mención de los costos.
Unos 750 autobuses fueron dispuestos para trasladar a la gente desde todos los puntos del territorio hacia la capital, según un jefe policial que ordenaba el ingreso de los automotores hacia el punto de reunión.
Cientos de miles de camisetas con propaganda del gobierno y del partido, que fueron distribuidas entre los asistentes a la plaza, se suman al total de gastos en que ha incurrido el gobierno para la festividad y que, según cálculos de la prensa local, es una cifra millonaria.
Otra de las obras para este festejo es la construcción del parque del Alba (Alianza Bolivariana para las Américas) sobre la avenida Bolívar, con seis torretas con las efigies de los próceres y líderes de los países miembros, entre ellos los venezolanos Simón Bolívar y Hugo Chavéz y los cubanos José Martí y Fidel Castro.
La exguerrillera Mónica Baltodano calificó de "fastuosa" la fiesta del Gobierno, lo que es una "antítesis" -dijo- de todo lo que motivó la lucha sandinista.
El diputado del MRS Enrique Sáenz, por su parte, recriminó al gobierno la transformación de "una fiesta nacional en un acto partidario".
"El derroche de recursos en este acto es parte de una estrategia de comunicación del régimen de Ortega con la que trata de fijar en la mente de las personas una visión despojada de la realidad y una visión plagada de fantasías", afirmó Sáenz.
"Las banderas, los colores, la multitud, la música, la agitación, los símbolos esotéricos y el jolgorio desempeñan un papel esencial" en la propaganda oficial, mencionó el legislador en un escrito divulgado este viernes.
AFP