por Daniel BOSQUE
El Barcelona, con una actuación espléndida del brasileño Neymar, pasó a semifinales de la Liga de Campeones por séptima vez en ocho años tras una plácida victoria por 2-0 ante un inofensivo París SG (5-1, global).
Autor del primer gol en París, el astro brasileño se convirtió en el vergudo del PSG en la primera parte anotando el primer gol tras una magnífica jugada del español Andrés Iniesta (14) y el segundo rematando un centro de su compatriota Dani Alves (34).
Advirtió Luis Enrique que la exhibición de la ida todavía no aseguraba nada y su equipo saltó al campo consciente de ello, demostrándose agresivo en la presión y desplazando el partido a los alrededores del área rival a la espera de una oportunidad.
Esta no tardó demasiado en llegar. En una magistral jugada, el español Andrés Iniesta recogió un balón en su propio campo, sorteó a tres rivales y condujo el balón hasta la frontal donde se la cedió a Neymar, que regateó al portero italiano Salvatore Sirigu para marcar a placer (14).
Los franceses, necesitados de cuatro goles para remontar, despertaron ligeramente. Ibrahimovic marcó pero en claro fuera de juego (17) y poco después el francés Blaise Matuidi no supo culminar en el área una magnífica jugada de su compañero Marco Verratti (19).
Pero fue solo un espejismo de dos minutos, los necesarios para que Iniesta y Sergio Busquets volvieran a manejar a su placer el centro del campo y la tripleta ofensiva sudamericana, Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez, reanudaran su acecho a la portería visitante.
El argentino Lionel Messi avisó con una volea alta después de una asistencia con el pecho del uruguayo Luis Suárez (22). El dominio continuó con una doble ocasión con un disparo lejano del lateral brasileño Dani Alves despejado por Sirigu y un cabezazo de Neymar que enganchó el rechace (25).
Los dos brasileños protagonizaron el segundo gol de la noche. Alves dispuso de mucho tiempo para centrar a su compañero que, rompiendo por el medio la defensa parisina, remató de cabeza para batir de nuevo a un impotente Sirigue (34).
Desde entonces hasta el descanso, los franceses desaparecieron y el Barcelona mantuvo el dominio absoluto del partido, permitiéndose incluso un pequeño recital de quiebros, fintas y sótanas haciendo levantar a los asistentes de las gradas.
"Ha sido un muy buen inicio de partido. Los jugadores han interpretado claramente lo que se necesitaba el partido, intensidad a pesar de tener un buen resultado, y eso ha sido definitivo", dijo Luis Enrique.
- Descanso para tres piezas clave -
Con el cruce decidido, Luis Enrique prefirió ahorrarse sorpresas y dio descanso a algunos de sus titulares indiscutibles en vistas a la recta final de temporada, donde optan a levantar el ansiado triplete.
"Estamos dónde queremos estar pero falta redondearlo todo", advirtió el técnico que en la reanudación cambió a Iniesta por Xavi Hernández (46) y a Busquets por el joven Sergi Roberto (54). En los últimos minutos, Suárez dejó también su sitio a Pedro.
Con los cambios, el Barça perdió algo el control y el PSG, que no había rematado en todo el primer tiempo, demostró algo más de empuje en ataque.
El francés Yohan Cabaye y Verratti lo intentaron con disparos lejanos desviados y Ibrahimovic, muy desaparecido, hizo intervenir por primera vez al portero azulgrana Marc-André ter Stegen (72) con un potente chute desde 30 metros.
Para almenos salvar el honor, Laurent Blanc sacó toda la pólvora de su banquillo con las entradas del extremo brasileño Lucas Moura, el delantero argentino Ezequiel Lavezzi y el joven francés Adrien Rabiot.
Los franceses dispusieron entonces de algunas ocasiones claras pero en ningún momento pusieron en fuertes aprietos al Barcelona que a punto estuvo de redondear la fiesta si Messi hubiera ajustado algo más un disparo en el último minuto que acarició el poste/AFP.