La policía israelí detuvo a un grupo de judíos extremistas por el asesinato de un adolescente palestino de Jerusalén Este, que provocó un recrudecimiento de la tensión en Israel, cuyo primer ministro hizo un llamamiento a la calma para evitar una escalada de la violencia con Gaza.
"Las personas arrestadas en relación a este caso pertenecen, al parecer, a un grupo judío extremista", declaró un funcionario israelí bajo condición de anonimato.
El Shin Beth, la agencia de seguridad interior, confirmó únicamente la detención y el interrogatorio de "varios sospechosos judíos", mientras que el ministro de Seguridad Pública, Yitzhak Aharonovich, precisó que se trataba de seis "jóvenes".
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, prometió que "todo el peso de la ley caerá sobre los autores de este crimen horrible".
La policía admitió por primera vez que el asesinato del joven palestino podría tener razones políticas, en concreto, "motivos nacionalistas".
Mohamad Abu Jdeir, de 16 años, fue secuestrado el 2 de julio en Shuafat, un barrio de Jerusalén Este, ocupado y anexionado por Israel.
Su cadáver, completamente calcinado, apareció unas horas más tarde cerca de un bosque en el oeste de la ciudad. Según los primeros informes de la autopsia, Abu Jdeir fue quemado vivo.
Los palestinos acusan a los judíos extremistas de haber matado al joven en represalia por el secuestro y el asesinato de tres jóvenes israelíes en la región de Hebrón (Cisjordania), que Israel atribuye al movimiento islamista Hamas.
"¿Por qué han tardado cuatro días? Les habíamos dado las fotos y los vídeos (de vigilancia)", decía indignado el padre del adolescente palestino.
Su entierro tuvo lugar el viernes en un clima de gran tensión, marcado por los enfrentamientos en Jerusalén Este que se extendieron un día después a las localidades árabes del norte de Israel.
Durante la noche, la policía israelí detuvo a 35 manifestantes, la mitad de ellos menores, en la región de Galilea (norte) cuando protestaban por el asesinato del joven palestino.
En Nazaret, la ciudad árabe más grande de Israel, y en Tamra, se produjeron nuevos incidentes. La policía anunció la detención de 16 manifestantes.
Para el diputado árabe israelí Afu Agbaria, las protestas de estos últimos días son "una respuesta a la política gubernamental hacia los ciudadanos árabes", contra "la discriminación antiárabe en el trabajo, en la educación y en otros sectores".
Los árabes israelíes, descendientes de los 160.000 palestinos que se quedaron en sus tierras tras la creación del Estado de Israel en 1948, son hoy en día más de 1,4 millones de personas, el 20% de la población total israelí.
La tensión se hacía notar también en las redes sociales, donde abundan de un lado como de otro los llamamientos a la venganza. Un video sobre una paliza de dos guardias fronterizos israelíes de Jerusalén Este a un joven palestino semiinconsciente suscitó una gran indignación.
Estados Unidos condenó el "uso excesivo de la fuerza" contra el joven, un ciudadano estadounidense, y pidió una "investigación rápida, transparente y creíble".
El joven es Tarek Abu Jdeir, de 15 años, y es primo del joven palestino asesinado. Después de detenerlo, un tribunal de Jerusalén lo condenó a arresto domiciliario durante nueve días por apedrear presuntamente a policías durante unas protestas en Shuafat.
Netanyahu instó a los miembros del gobierno a mantener la cabeza fría para manejar lo mejor posible la situación en la franja de Gaza, donde el ejército contó el lanzamiento de 150 proyectiles contra Israel desde el 12 de junio.
El presidente palestino, Mahmud Abas, pidió a Naciones Unidas la creación de una comisión de investigación sobre "los crímenes terroristas israelíes"./AFP