Benjamin Netanyahu inició contactos para formar su gobierno en Israel, una tarea que se anuncia difícil, pues tendrá que arbitrar entre tendencias muy diferentes, y en un contexto de tensión regional con Siria e Irán.
La lista de derecha de Netanyahu, formada por su partido Likud y el ultranacionalista Israel Beitenu, fue la más votada en las legislativas del 22 de enero, con 31 de los 120 diputados de la cámara. El primer ministro dispone de 28 días para formar una coalición de gobierno.
El proceso tiene lugar en medio de una fuerte tensión regional, después de un ataque aéreo israelí contra objetivos militares en Siria, país aliado de Irán y del movimiento chiita libanés Hezbolá, ambos enemigos jurados del Estado hebreo.
Israel, que quiere impedir la llegada de armas sofisticadas a manos de Hezbolá, confirmó este domingo el ataque de forma implícita. El presidente sirio Bashar al Asad acusó al Estado hebreo de querer "desestabilizar" su país.
Netanyahu, encargado el sábado por el presidente Shimon Peres de la formación del nuevo gabinete, reiteró este domingo que su prioridad será "impedir que Irán se dote del arma nuclear". El líder conservador añadió que "también habrá que hacer frente a otros tipos de armas letales que se acumulan alrededor de nosotros, y que amenazan nuestras ciudades y nuestros ciudadanos".
Sobre la cuestión palestina, Netanyahu aseguró que la futura coalición de poder se comprometerá en favor de la paz, y llamó al presidente palestino Mahmud Abas a "volver a la mesa de negociaciones".
Netanyahu, que encara su tercer mandato como primer ministro, ha prometido crear "el gobierno de unión nacional más amplio y estable posible". Una necesidad acuciante dada su intención impopular de aplicar fuertes recortes presupuestarios después de un déficit 2012 que resultó ser el doble de lo esperado.