El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu llamó al orden a su ministro de Defensa, ilustrando las tensiones entre ambos sobre la libertad de expresión en las fuerzas armadas y el papel de estas en la sociedad.
Netanyahu convocó a su ministro, Moshe Yaalon, después de que este alentara el domingo a los oficiales a decir siempre lo que pensaban aunque esto contradijera las ideas de sus superiores o de los dirigentes políticos.
Según los medios israelíes, esos propósitos irritaron a Netanyahu, que los percibió como un ataque directo en su contra y como un cuestionamiento de la primacía del poder político sobre el militar.
Los dos dirigentes publicaron un comunicado tras el encuentro, en el que afirmaron haber "aclarado las cosas".
"Está fuera de discusión, y siempre lo ha estado, que el ejército está subordinado a las instancias políticas y que los oficiales tienen libertad de expresar sus opiniones en los foros pertinentes", afirma el comunicado.
Las fuerzas armadas han tenido últimamente un inusual protagonismo al tratar de definir las normas morales que deben enmarcar las respuestas a una ola de violencia palestina.
El jefe adjunto de Estado Mayor, Yair Golan, provocó una batahola el 4 de mayo, víspera de la conmemoración de la Shoa, al equiparar reacciones observadas en la sociedad israelí a "comportamientos nauseabundos" de la sociedad alemana en la época del nazismo.
Netanyahu juzgó negativamente esas críticas, pero el ministro Yaalon defendió al general Golan.
El jefe de gobierno declaró luego que la polémica estaba cerrada, pero Yaalon volvió a abrirla el domingo, al instar a una asamblea de oficiales a no dejarse amedrentar por la presión política o social: "Sigan diciendo lo que piensan y háganlo incluso si sus palabras no coinciden con la corriente mayoritaria o con las ideas de sus comandantes o de la dirección política", declaró.