Negociar en medio de la guerra | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Junio de 2013

Negociar en medio de la guerra. Haciéndole eco al malestar latente en las distintas esferas de la sociedad  colombiana y en especial a lo expresado de manera franca y categórica por el general José Roberto León Riaño, director de la Policía Nacional, cuando añoró la Seguridad Democrática aplicada en el gobierno del expresidente Uribe y el no rotundo a negociar en medio de las balas, expresado en el último desayuno de “Los pájaros dormidos” por  el experimentado hombre de Estado y de guerra y exconstituyente Antonio Navarro Wolff, el académico  Miguel Yusty, autor de la obra Negociar en medio de la guerra, prologado por el finado Carlos Lemos Simonds, escribió ayer, en su faro del diario caleño Occidente una dura réplica al  proceso de paz que se adelanta en La Habana.

El planteamiento de Yusty. “Farc: paso de vencedores. A pesar de las explicaciones maniqueas y seudo-académicas de los corifeos ancestrales del Secretariado de las Farc, lo que está aconteciendo en La Habana es sumamente preocupante. Un conflicto como el nuestro no puede ser negociado por la vía política, cuando los voceros del grupo insurgente dicen claramente que la dejación de las armas no es ahora, sino después de firmados todos los protocolos. Más preocupante aún es que todavía persistan en la opinión pública el recurso de hacer analogías para explicar los desafueros de los negociadores de las Farc, con otros procesos que no tienen nada que ver con la naturaleza del accionar narcoterrorista de las Farc”.

Gobierno derrotado. Según el columnista, “visto el panorama pareciera que la guerra ha sido ganada y quienes concurren como derrotados a la mesa de negociación en La Habana, son los voceros del Gobierno. No conozco ningún proceso donde una banda terrorista derrotada militar y políticamente ejerza tanta iniciativa política. No me como el cuento, de estar ante un recurso mediático y transitorio como tratan de explicarlo, de manera ligera, algunos sectores de opinión. El no desarmarse forma parte de ese esquema mágico y perverso al cual nunca ha renunciado la guerrilla y que le ha permitido combinar “todas la formas de lucha”, vinculando según sea la coyuntura, las variables que le permiten llevar siempre la iniciativa, pasando de victimarios a víctimas”.

Democracia arrodillada. A juicio del analista del rotativo vallecaucano, “esta postura muestra un Gobierno que está entregando toda la estructura del Estado, a los negociadores de las Farc, que nunca se imaginaron que en la Habana, con la bendición del castrismo, pudieran arrodillar a la democracia colombiana, mediante el chantaje y el terrorismo. Santos y su proyecto reeleccionista dejarán a los colombianos, después de la rendición, en un posconflicto más complejo que los 50 años de guerra que se pretenden desactivar”.

En la misma onda. Posturas muy parecidas a las del académico Yusty suelen asumir con frecuencia los columnistas de algunos diarios del país, entre ellos Alberto Velásquez y Raúl Tamayo, de El Colombiano, de Medellín.